La Fórmula 1 se enfrenta a un grave problema de seguridad con sus pilotos derivado del porpoising. Esa vibración del monoplaza que rebota contra el suelo de forma violenta fue descubierta en la pretemporada y parecía resuelta tras avanzar en la temporada, pero en Bakú hizo acto de presencia limitando de forma considerable a Ferrari y, sobre todo, Mercedes. Todas las escuderías y pilotos quieren que la FIA introduzca cambios en el reglamento, excepto Red Bull y Fernando Alonso.
Lewis Hamilton, con su carácter político fajado con sus siete Mundiales, fue la voz y la imagen crítica para demostrar que los pilotos están en riesgo. El británico y Toto Wolff, mandamás de Mercedes, se quejaron durante el Gran Premio de Azerbaiyán asegurando que todos los pilotos quieren cambios "menos Fernando Alonso". En realidad, el español no está solo, ya que Red Bull, que es el equipo que mejor ha lidiado con el problema, bloquea un acuerdo de las escuderías junto a su filial Alpha Tauri.
El debate entre seguridad y competición vuelve a estar encima de la mesa. Una de las soluciones para que Mercedes sufriera menos porpoising sería que subieran la altura de su coche, algo que perjudicaría su rendimiento por la constitución especial del coche. Canadá, que es la siguiente carrera, tiene una zona en las que los equipos se pueden volver a ver afectados por esta consecuencia del efecto suelo. El riesgo de lesión se volverá a presentar, así como otra oportunidad para protestar y tratar de reducir las diferencias con los coches líderes del Mundial.
Una de las palabras que más se ha mencionado en el paddock de la Fórmula 1 en este 2022 es porpoising. No es otra cosa más que vibraciones y el balanceo que produce el nuevo efecto suelo en estos coches. Las imágenes de los bólidos botando en las rectas como si en algún momento fueran a salir disparados y volar han sido las más compartidas por los aficionados de este deporte en las redes sociales. Se puede ver que los autos rebotan hacia arriba y hacia abajo a gran velocidad.
El factor clave que provoca este fenómeno es que a medida que se acumula más y más carga aerodinámica debajo del coche, éste es succionado cada vez más cerca del asfalto. Eso provoca que el flujo de aire se separe o directamente se detenga en un punto determinado y, con la pérdida de carga aerodinámica que ello conlleva, la altura del monoplaza aumenta, lo que a su vez provoca que inmediatamente el flujo de aire regrese y la altura del coche vuelve a descender drásticamente.
Este problema podría evitarse de una forma bastante sencilla aumentando la altura de los monoplazas respecto al suelo. Sin embargo, eso no es algo que los equipos quieran hacer. Cada equipo ha creado sus propios conceptos de diseño pese a contar con un conjunto de reglas muy limitado. Esto se aprecia con más detalle en el diseño de los pontones de los diferentes equipos. Pero también en los alerones delanteros, los túneles que hay por el suelo del coche y los difusores.
La diferencia entre Alpine y Mercedes, por ejemplo, está en el perfil estrecho del coche de Hamilton y Russell y el coche ancho que es el de Alonso y Ocon. Tal y como explicó Pat Fry, director técnico de la marca francesa, "en las pruebas de flexión de la FIA se vio que somos como diez veces más rígidos de lo que debería ser". Todas las escuderías han conseguido hacer que la variable de la frecuencia del porpoising, las veces que el coche rebota en la recta, baje. Pero nadie acaba con él.
"Un problema de unos"
Christian Horner lo tiene claro. "Si fuera un problema de seguridad que afecta a toda la parrilla, sería algo que deberíamos analizar todos juntos, pero si solo daña a algunos es un tema que con el que cada uno debe lidiar. Lo más fácil es levantar el coche, que es algo que todos tienen la opción de hacerlo", sentenció tras ver a Mercedes quejarse después de la carrera. En la televisión británica demostraron la diferencia de altura que existe entre el Red Bull y el coche del equipo de Brackley.
Ellos no piensan levantar su monoplaza y tratan de endurecer sus suspensiones para no sufrir esa pérdida de varias décimas por vuelta que les provocan los problemas de porpoising. El Alpine, como Red Bull o Aston Martin, vuelan más alto y su rebote es menos constante. Fernando Alonso no quiere cambiar el reglamento técnico por ello. Cabe destacar que el piloto asturiano corre con lesiones en su mano tras el accidente de bicicleta que sufrió antes de la pasada temporada.
[Lewis Hamilton sufre con la nueva Fórmula 1: una lesión de espalda amenaza su presencia en Canadá]
Ferrari, para poder tener la misma velocidad en recta y no perder tiempo en el paso por curva, juega en cada circuito con sus suspensiones ya que tampoco quiere renunciar a la altura baja de su coche. Es por lo que sufre de forma recurrente el porpoising. Ellos están más preocupados por la fiabilidad de sus motores en este momento, ya que con las altas temperaturas sufren problemas que terminan afectando a alguna parte de la unidad de potencia.
La Fórmula 1 no va a cambiar su reglamento técnico a no ser que se pruebe que el porpoising supone un grave problema de seguridad, algo que ha quedado claro que no es así porque afecta a unas escuderías más que a otras. Haría falta más del 80% de acuerdo entre los equipos, pero Red Bull y Alpha Tauri ya serían ese dos de 10 que bloquea cualquier alteración del reglamento. Los coches seguirán botando mientras las escuderías escudriñan una manera de evitarlo.