Salió 19º y acabó 5º. Carlos Sainz fue el piloto del día en el Gran Premio de Francia, pero la sensación con la que acabó el piloto madrileño fue agridulce. El motivo era que se vio con opciones de podio y esas esperanzas se vieron arruinadas por un pit-stop que en Ferrari vieron que era lo mejor.
"No, ahora no", se quejaba Sainz cuando le ordenaban hacer la parada a diez vueltas del final. El español se 'retiraba' de la batalla con Checo Pérez por el tercer puesto y en su regreso a pista se veía detrás de un grupo de rivales a los que debería volver a adelantar: Ricciardo, por tercera vez, y Norris y Fernando Alonso, por segunda.
Llegar hasta el piloto de Red Bull era imposible -sumándole una sanción de 5 segundos por unsafe release-. Le sabría a poco al madrileño su quinto puesto, aunque se llevó los elogios de todos en un día en el que su compañero Charles Leclerc arruinó su propia carrera por un error imperdonable cuando iba primero.
"Hemos tomado la decisión segura que era parar en vez de quedarnos sin rueda hasta el final", decía Sainz tras la carrera. "Habrá que analizar con calma si era la mejor decisión, pero igual yo en el coche tenía una impresión diferente. El equipo tiene más datos y al parecer perdía posición hasta con Fernando, aunque mi sensación en el coche era que no tenía nada que perder, que era tercero con aire limpio, pero ellos tienen más datos", añadía.
Sainz fue de los pocos que apostó de inicio por las gomas duras y, tras una primera parada adelantada para cambiar a medios, fue el único en hacer dos paradas de los 12 primeros de la parrilla final.
Explicación de Binotto
Mattia Binotto, jefe de Ferrari, explicó la decisión: "Estamos muy seguros de que fue la mejor, lo correcto, porque no estábamos seguros de que pudiera llegar al final de la carrera con ese juego de medios, y por seguridad era lo mejor".
Y añadió: "Además con el ritmo de desgaste que llevaba, más los cinco segundos de sanción, no hubiera podido aguantar el tercero ante Russell y Checo, no llevaba el ritmo como para abrir ese hueco, con lo que intentamos esa nueva parada para probar y asegurar unos puntos muy importante para el equipo y para él, además de la vuelta rápida. En el calor de la carrera, Carlos no tenía toda la información como para juzgar la situación".
Binotto, por último, resumió el fin de semana así: "Salimos con confianza total en nuestro coche y pilotos. Hicimos la pole, la vuelta rápida y éramos líderes, lo que demuestra la fortaleza del equipo. Tenemos que sonreír porque Hungría va a ser como Francia, y hay que ser positivos porque nuestro objetivo no solo es ganar, sino el doblete".