Cuando Carlos Sainz conoció a Fernando Alonso en 2006 siendo solo un niño, soñaba con ser como él. En sus ojos al mirar al asturiano había tal grado de admiración que, cuando el madrileño debutó en la Fórmula 1 en 2015, era imposible no trazar una línea entre ambos. Mentor y aprendiz, juntos en la pista. Con 13 años de diferencia, además, parecía bien claro que estaban en puntos diferentes de sus carreras.
A veces en mitad de la parrilla y otras al final, de 2015 a 2018, Alonso y Sainz corrían en las mismas zonas. Aquello, sin embargo, no se podía considerar una pelea. A Fernando, en McLaren aquellos cuatro años, le frustraba no aspirar a más y Carlos, en Toro Rosso y Renault, solo buscaba experiencia para dar el siguiente salto en su carrera.
El adiós de Alonso abrió las puertas a Sainz de McLaren. La escudería británica mejoró sus prestaciones y Carlos, entre 2019 y 2020, sumó sus dos primeros podios. Entonces Fernando volvió de la mano de Alpine y Sainz fichaba por Ferrari. Los papeles parecían haber cambiado. Ahora era el madrileño el que, en teoría, podía soñar con más. Hasta que el asturiano, con su competitividad insaciable por bandera, arriesgó al ir a Aston Martin de cara a este 2023. La apuesta no le podía haber salido mejor.
Ahora Alonso vuelve a estar arriba, al menos en posiciones de podio. Sainz, que acabó hasta en nueve ocasiones entre los tres primeros el pasado año, quiere estar ahí y, por ahora, se le resiste en 2023. Ambos vuelven a estar en la misma zona de la parrilla, pero los objetivos ya son más ambiciosos. En circunstancias así, la amistad se vuelve frágil.
Fernando Alonso ha recuperado la ilusión a sus 41 años y el público español se ha volcado con él. Carlos Sainz, que a sus 28 años es un piloto de presente, se vuelve a ver en un plano secundario. Dígase como se quiera, choque de pilotos con los mismos objetivos o choque de egos. Un choque, a fin de cuentas. Ocurrió en Australia y se rozó en Azerbaiyán, aunque aquí las consecuencias se hicieron notar de verdad.
Lo de Melbourne fue más aparatoso en pista que fuera de ella. En el caos de la resalida tras el Safety Car, a pocos giros del final, Alonso es arrollado por Sainz cuando eran 3º y 4º. A Carlos le cayó chaparrón social en redes y una penalización de la FIA le sacó de los puntos. Fernando, que pudo mantener su sitio en el podio al no superar ni el primer sector tras la reanudación y hasta que se mostró la bandera roja, exculpó a su compatriota tras la carrera.
"No sabía quién me había tocado. Luego vi que era Carlos y que recibía penalización, seguramente también dura, porque cuando tiene las ruedas frías no vas a chocar contra nadie", dijo Alonso. La tensión que amenazaba con explotar aquel día se vio apaciguada, aunque Sainz se fue de Australia muy enfadado por la sanción que recibió.
Crisis en Bakú
Lo de Bakú, sin embargo, ha sido menos aparatoso en pista que fuera de ella. Sainz y Alonso se encontraron en la carrera al sprint del sábado. Los dos luchaban por la posición tras adelantar a Lewis Hamilton. Un movimiento de Ferrari hacia la izquierda, ante el que Fernando tuvo que levantar el pie y casi pierde de nuevo la posición con el inglés, hizo estallar al asturiano hasta el punto de pedir una sanción para su compatriota.
"Vamos a ver si podemos ser quintos al final, porque Carlos me llevó contra el muro en la curva 2. Ha sido... sorprendente. A ver si podemos hacer algo y ganar esa posición", dijo Alonso. Era la primera vez que se daba un ataque entre españoles en la Fórmula 1. La respuesta de Sainz fue un "es lo que hay" del que se pudieron sacar muchas cosas.
El tono era diferente y aquel sábado la pelota pasó al tejado de DAZN, plataforma encargada de la retransmisión de la F1 en España. Allí trabajan los rostros comunicativos habituales en la televisión del país, referidos al Gran Circo, desde hace décadas. Al frente, Antonio Lobato y Pedro de la Rosa, ambos amigos de Fernando y el segundo de ellos, incluso, embajador de Aston Martin.
Actuar desde la ecuanimidad en un conflicto entre los dos pilotos españoles podía ser un tema peliagudo y así pasó. A Alonso no le gustó que en plató tuvieran otro punto de vista. Hubo cruces de mensajes por WhatsApp, respuestas de una sola palabra ante el micrófono de DAZN y una pulla punzante. "¿Qué esperas del próximo gran premio en Miami?", fue la pregunta que dio pie a todo el barullo. "A ver qué depara el futuro. Pero ahí en el plato tendrán otra opinión o tendrán otros intereses", respondió Fernando.
El morbo estará en el reencuentro que ha de ocurrir, tarde o temprano, a partir de este jueves. A Fernando Alonso y a Carlos Sainz se les bombardeará seguro a preguntas sobre el otro, mientras que también habrá que estar atentos a lo que pueda pasar cuando se pongan ante el micrófono de DAZN.
Una amistad que se tambalea, aunque un gesto llamó a la cordialidad antes de la carrera de Bakú. Alonso reveló que durante el himno nacional se acercó a Sainz y charlaron sobre el incidente del día anterior: "Hemos hablado antes del himno nacional (justo antes de la carrera) y todo está bien. A veces pasan cosas así. Cuando ves el vídeo era menos de lo que yo pensaba ayer, todo está bien". Sin embargo, los "intereses" a los que se refería el asturiano descolocan cuanto menos.
No hay que esperar más cortesías en pista entre Alonso y Sainz. Están obligados a verse en el asfalto durante toda la temporada. Ocurrió, sin ir más lejos, el domingo y Fernando lo resolvió con un adelantamiento espectacular: "Le podía haber pasado en la curva 3, pero luego fue en la curva cuatro. No hay una explicación clara, el coche funcionaba bastante bien hoy. Fue crucial porque nunca es fácil adelantar a un Ferrari, ese adelantamiento me puso en un tren con Charles que hizo más fácil la carrera desde entonces", analizaba el piloto de Aston Martin sobre la maniobra.
Del afecto a la rivalidad. Alonso y Sainz llegan este fin de semana a Miami con opciones de hacer podio. A priori, Aston Martin parte con ventaja por la exigencia que ejerce el asfalto del circuito urbano sobre los neumáticos y ahí es donde flojea Ferrari. Fernando tendrá otra oportunidad de ir a por la 33, mientras Carlos persigue su 2ª victoria. ¿Volverá a haber colisión -sea dialéctica o entre coches-?