Es la película de siempre, pero vista de otro modo. Como en el día de la marmota, Max Verstappen volvió a demostrar que no tiene rival alguno en la parrilla de la Fórmula 1 y ganó cómo y cuándo quiso en el Gran Premio de Bélgica. El holandés consiguió la décima victoria en este Mundial (la octava consecutiva) y dejó claro que en este deporte no hay lugar alguno a la sorpresa ni a la emoción porque sucede exactamente lo que él quiere. [Así vivimos la victoria de Verstappen en el GP de Bélgica]
En esta ocasión el piloto de Red Bull no salía desde la pole, algo que por otra parte sí que había conseguido en la clasificación, ya que una penalización le retrasó cinco puestos y le mandó a la sexta plaza directamente. Da igual. Eso no es un problema para el campeón del mundo que prácticamente silbando y sin despeinarse se plantó en el liderato de la carrera en la vuelta 17.
Fue un día aciago para Carlos Sainz. Se las prometía felices el madrileño, que salía desde la cuarta plaza y soñaba con el primer podio de la temporada, pero tal y como comenzó la carrera su meta se esfumó. En la primera curva de derechas se tocó con Piastri y su Ferrari salió de aquel lance con un agujero tremendo en el costado derecho que dio con sus opciones al traste.
En el lado contrario de la balanza, Fernando Alonso. El asturiano se benefició de todo ese caos de la salida para ganar posiciones como en los viejos tiempos, de un plumazo. Salía noveno, pero en un abrir y cerrar de ojos apareció sexto en la clasificación, y no sólo eso, sino que los problemas de Sainz le facilitaron seguir escalando en la carrera.
Pérez completó la fiesta absoluta de Red Bull, otro día más en la oficina de esta escudería. Leclerc pudo salvar el fin de semana para Ferrari, ya que aunque perdió la ventaja que le daba la pole aún pudo subirse al tercer escalón del podio por delante de Lewis Hamilton.
Una salida de locos
La salida del GP de Bélgica es siempre una de las más esperadas de toda la temporada. Esa curva tan cerrada de derechas que hay a pocos metros de que se dé la salida convierte este giro en determinante, y efectivamente eso fue lo que sucedió de nuevo en esta edición de 2023.
El peor parado sin lugar a dudas en este primer viraje fue Carlos Sainz. El español salía desde la cuarta plaza y con una ilusión tremenda por hacer el primer podio del año, pero todas sus ilusiones se truncaron nada más empezar. En la disputa por la pelea, Piastri se coló por el interior casi tocándose con el muro, pero con quien se tocó fue con el monoplaza de Ferrari.
La rueda delantera izquierda de Piastri tocó el costado derecho del coche de Sainz, que quedó casi devastado, con un gran agujero en la carrocería. Eso fue lo que le hizo a la postre abandonar la carrera al ser incapaz de lograr un ritmo competitivo. Rápidamente fue perdiendo posiciones de una forma dramática y enseguida quedó claro que estaba fuera de carrera.
Por delante, fue un día de gloria para Red Bull, otro día más en la oficina, porque Checo Pérez no tardó en quitarle el primer puesto a Charles Leclerc. Volaban los coches de la marca energética en este circuito, y la muestra fue también que Verstappen empezó a recuperar posiciones a una velocidad de vértigo. Salía sexto, pero le daba exactamente igual. De hecho, en la vuelta 9 ya estaba segundo por detrás de su compañero.
A todo esto Fernando Alonso ganó un buen puñado de posiciones tras la salida hasta llegar a la sexta plaza, que fue todavía una más arriba cuando pasó a Sainz por los problemas del madrileño. Gran actuación del piloto de Aston Martin, que después de varias semanas complicadas volvía a acercarse a los puestos de honor.
Parecía irremediable, y efectivamente sucedió. Max Verstappen consiguió pasar a Checo Pérez en busca de una nueva victoria, su octava de manera consecutiva y la décima del campeonato. Pasó al mexicano como un auténtico avión y ahí se terminó la carrera, y eso que tan sólo era la vuelta 17.
El resto del Gran Premio apenas pudo aventurar algo de emoción con la tímida aparición de la lluvia, pero unas pocas gotas no cambiaron en nada la carrera y las nubes terminaron dejando paso al sol.