Los aficionados españoles a la Fórmula 1 aguardan con ganas el anuncio del nuevo Gran Premio que se celebrará en Madrid a partir de 2026. La negociación está en su fase final y se espera que la oficialidad del acuerdo llegue en los próximos días. Una noticia que supone una revolución y trae consigo, por el momento, muchos interrogantes.
La principal incógnita tiene que ver con el tipo de Gran Premio del que se tratará. La base, al menos, se conoce: el circuito será semiurbano y la prueba estará financiada al cien por cien por capital privado. Esto sigue la estela de las sedes que se han ido incorporando al calendario del Mundial en los últimos años.
Y es que la evolución de la Fórmula 1 la está alejando cada vez más de los circuitos clásicos para acercarse más al espectáculo y las experiencias VIP. Hacía aquí se quiere enfocar el Gran Premio de Madrid. La contraparte es Montmeló, una pista tradicional, que lleva más de tres décadas en el Mundial, y que ahora puede perder su sitio por el proyecto presentado desde la capital.
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Lo que será el futuro GP de Madrid liga con la imagen del Gran Circo que viene modelando Liberty Media desde que controla la Fórmula 1. Un ejemplo es que en el calendario de 2024, un tercio de las carreras (8 de 24) serán ya en circuitos urbanos/semiurbanos. Yeda, Miami y Las Vegas han sido las últimas adiciones y son, a su vez, el espejo donde se mirará Madrid para armar su Gran Premio entre el recinto ferial de Ifema y Valdebebas.
Montmeló, con contrato hasta 2026, y aunque se insiste en que se sigue negociando para renovar el contrato, está contra la espada y la pared. En los últimos años ha sido más una fuente de problemas que de alegrías: registra pérdidas año tras año y arrastra fuertes críticas sobre su mala organización. En este contexto, la lógica ya hacía indicar hacia dónde podría virar la F1 en España.
Además, Madrid tiene la ventaja de poder aprender de los errores cometidos por Valencia cuando albergó el Gran Premio de Europa de F1 de 2008 a 2012. En ese caso, la financiación vino de las arcas públicas: "60 millones de euros acabó gastándose la Comunitat Valenciana en sufragar ese gasto", apuntaba esta semana la portavoz municipal de Más Madrid, Rita Maestre.
En aquella etapa, Valencia también falló a la hora de conseguir que sus ciudadanos abrazaran la organización de la prueba. No se generó negocio alrededor del Gran Premio. Tampoco se explotó la experiencia VIP, más allá de ver a inmensos yates amarrados en las proximidades del paddock.
Financiación privada
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que ha estado muy involucrada en traer la F1 a la capital española, descartó que el Gran Premio se financie con fondos públicos. Según la política, el rol de la Comunidad se centra en proporcionar "el paraguas administrativo" y dar "facilidades", así como "reforzar la oferta cultural, hotelera y de servicios públicos", lo que a su modo de ver ha hecho "que la organización ponga los ojos en Madrid".
Es una certeza que el capital provendrá de una empresa privada, la cual todavía no ha sido revelada. Eso sí, todos los rumores apuntan a que los organizadores serían los mismos que los del Gran Premio de Miami. A la cabeza del grupo está Stephen Ross, también propietario de los Miami Dolphins de la NFL. Otros nombres que han salido a la palestra son el magnate mexicano Carlos Slim y la empresa que se encarga de llevar el GP de Países Bajos en Zandvoort.
El precio que costaría albergar un Gran Premio en Madrid habría que dividirlo en dos líneas: el canon a pagar a la F1, que en la actualidad ronda entre los 15 y 55 millones para los circuitos que ya están en el calendario; y las obras, que fácilmente superarían los 50 'kilos' y podrían, incluso, acercarse hasta los 100.
Para recuperar la inversión es fundamental seguir ese modelo de Gran Premio 'de lujo', que ya se ha visto en Miami o Las Vegas. En ambas localizaciones, la primera vez que entraron al Mundial generaron una sensación de caos; pero Miami, en su segundo año, ya ha logrado acercarse más al equilibrio entre la competición y el factor de negocio. Son proyectos a largo plazo, que igual no dan buen resultado a corto plazo, pero sí a medio-largo. Por eso, Madrid firmaría un contrato de 10 años (hasta 2036) con la F1.
Un Gran Premio 'de lujo'
Aún así, ese modelo de Gran Premio que favorece las experiencias VIP no es bien visto por todos y el de Madrid puede verse involucrado en una guerra política. Reyes Maroto, portavoz municipal del PSOE-M, dijo esto esta semana: "Lo que yo pido al Ayuntamiento, si finalmente ese Gran Premio de Fórmula 1 llega a la ciudad de Madrid, es que no defrauden, que el Ayuntamiento esté a la altura de que las licencias lleguen a tiempo, de que sea un evento que incorpore a toda la ciudadanía madrileña y no sea solo para aquellos que se lo puedan pagar".
En Arabia, Miami o Las Vegas se han visto prácticas como la venta de paquetes de entradas y estancias de lujo que llegan a superar los 1.000 de inversión por parte del aficionado. Y no convence a todo el mundo. Maroto pidió que el Ayuntamiento "ponga todo el equipo necesario a disposición de los promotores de este Gran Premio para que de verdad podamos tener en el año 2026 ese Gran Premio y que sea un ejemplo de un Premio que trasciende de las élites", y que "sea el pueblo de Madrid el que se pueda beneficiar del impacto que tiene celebrar esta carrera de Fórmula 1".