"Nunca pensé que vería un dron yendo tan rápido", dijo Max Verstappen después de ver en acción en el circuito de Silverstone la última creación de la factoría Red Bull con un grupo de ingenieros neerlandeses pilotada por Ralph Hogenbirk también conocido como Shaggy FPV.
El proyecto ha estado trabajando durante un año para construir un dron capaz de volar tras el monoplaza de Max Verstappen en una vuelta grabando todos los planos. Los primeros conceptos del dron se dibujaron en su taller ubicado en Eindhoven, en el sur de Países Bajos.
El desarrollo se aceleró gracias al acceso de Dutch Drone Gods a la experiencia y los procesos de Red Bull Advanced Technologies, una rama de ingeniería de alto rendimiento del equipo de Fórmula 1. La empresa diseñó y fabricó carenados aerodinámicos ligeros y brazos estructurales de montaje de motor para ayudar a reducir la masa total del dron en aproximadamente un 10%.
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Un año de trabajo
Este progreso se puso a prueba a través de numerosas pruebas en pistas de Fórmula 1, utilizando autos RB8 y RB19 conducidos por el piloto reserva Liam Lawson y el 13 veces ganador del Gran Premio convertido en locutor David Coulthard.
“Cuando ves las tomas grandes y amplias, pierdes la perspectiva de la velocidad del coche. Hay muchísimas aplicaciones para darles a los fanáticos la sensación de lo que es estar en uno de estos autos de carreras. Cuando tienes el dron tan cerca, estás inmerso en toda la experiencia. Estoy seguro de que en un futuro no muy lejano veremos esto como parte de nuestra transmisión”, dijo David Coulthard.
El piloto controló la ruta de vuelo del dron utilizando un controlador de radio, observando la trayectoria de vuelo únicamente a través de gafas que proporcionaban una vista de baja resolución desde el punto de vista del dron. El ángulo de la cámara se ajustó simultáneamente con un pedal, lo que requirió precisión en la coordinación mano-ojo para ofrecer un primer plano fluido de un auto de F1 a más de 300 km/h.
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Mientras que los drones de consumo medio viajan a unos 60 km/h, con una duración aproximada de la batería de 30 minutos, este nuevo dron, diseñado para perseguir al RB20, necesitaba volar con la agilidad de un coche de F1. Esto significaba que necesitaba grandes aceleraciones y desaceleraciones, las cuales redujeron notablemente la duración de la batería a aproximadamente 3 minutos.