El sábado tuvo de todo en el Gran Premio de China de Fórmula 1. Era un día grande, ya que era la primera carrera del Mundial 2024 con el formato al sprint. La jornada contó con doble ración de espectáculo (carrera al sprint y clasificación para el domingo) y los protagonistas absolutos fueron los dos españoles: Fernando Alonso y Carlos Sainz.
Saltaron chispas en la pista entre los pilotos y fuera de ella entre sus escuderías. Primero por el incidente que protagonizaron ambos en la carrera al sprint, y que le costó una dura sanción al asturiano, y luego por el accidente que tuvo el madrileño en la Q2 que motivó una protesta de Aston Martin.
Según la escudería británica, sobre el golpe contra el muro de Sainz y su posterior reincorporación a la qualy previo paso por boxes, se incumplió el apartado 39.6 de la normativa que dice así: "A cualquier piloto cuyo coche se pare en la pista durante la sesión de clasificación no se le permitirá seguir participando en esa sesión". Pero Carlos pudo regresar por sus propios medios. Uno de esos grises de la normativa, que en este caso no queda clara, pero que los comisarios resolvieron a favor del piloto de Ferrari desestimando la protesta.
Esta reacción de Aston Martin buscaba que Sainz perdiera su séptima posición lograda en la Q3 y saliera 15º (anulando su tiempo de la Q2). Un intento de 'venganza' después de que a Alonso le quitaran tres puntos de su superlicencia y le sancionaran con diez segundos por su incidente con Sainz en la carrera al sprint.
En realidad, el castigo para Alonso fue a medias. Los diez segundos no le afectaron, puesto que terminó abandonando la carrera al sprint tras su toque con Carlos. En la vuelta 16, de las 19 que estaba programada la prueba, Sainz se lanzó a adelantar a Fernando tras varios giros tras él. El piloto de Ferrari era más rápido, pero el de Aston Martin se defendía como podía con la gestión de la batería. Tras un primer adelantamiento, Alonso recuperaba la posición y ambos se colocaban en paralelo y el alerón delantero de Sainz acababa tocando la rueda delantera derecha del asturiano.
Tras la carrera al sprint, en la que Carlos quedó quinto y Fernando abandonó, hubo un cruce de opiniones entre ambos. Alonso sostenía que hizo lo mismo que Sainz en la curva anterior y que este "no se abrió". El madrileño, en cambio, dijo que el ovetense fue "demasiado optimista" en su maniobra y que eso acabó "costándole" la carrera a ambos.
"He atacado a Fernando (Alonso) y le he conseguido pasar bien, pero él ha hecho un movimiento un tanto optimista para devolvérmela que al final le ha costado la carrera a él y a mí porque he cogido bastante daño, y a partir de ahí me he ido para atrás", decía Sainz en declaraciones a DAZN. "Es una pena porque podríamos haber luchado por el podio sin ese incidente", añadió.
Fernando habló después: "En la curva 7 la dimos pareados, en la 8 me intenté tirar por fuera y él abrió su trazada para no dejarme sitio. En la 9 hice lo mismo que él en la 8, tirarme por dentro para no dejarle sitio por la trazada, pero en la 8 yo me abrí para no tocarnos y en la 9 él no se abrió", fue su explicación.
Luego se les vio juntos saliendo de declarar ante los comisarios. Las cámaras de DAZN captaron cómo dialogaban de manera amistosa y sin la tensión que sí se percibió en la pista. En la clasificación, Alonso logró un milagroso tercer puesto y, pese a su accidente, Sainz llegó al séptimo.
Pero ahí no se enterraría realmente el pique, como se demostró con la protesta de Aston Martin sobre la clasificación y el accidente del piloto de Ferrari. Sin sanción, el malestar crece en los británicos. Hay mucho en juego, todos lo saben, y nadie quiere regalar nada al rival. Ni aunque sean amigos.