La Fórmula 1 arranca la gira en Europa tras las seis primeras pruebas del año. Imola acoge una temporada más el Gran Premio de la Emilia-Romaña. El trazado italiano es uno de los clásicos del Gran Circo que fue apartado por su falta de evolución, pero en 2020 fue rescatado por la FIA debido a la falta de circuitos en los que disputar un GP debido a la Covid-19.
Dos semanas después de que se celebrara el 30 aniversario del trágico fallecimiento de Ayrton Senna en este circuito, la Fórmula 1 llega a él en un momento clave de la temporada. En Miami, Red Bull volvió a ser mortal y Verstappen no logró la victoria. Lando Norris consiguió alzarse como ganador tras el gran rendimiento que mostraron los McLaren durante todo el fin de semana.
La escudería de Woking es un ejemplo para el resto de equipos puesto que desde la temporada pasada han conseguido hacer funcionar todas las mejoras que presentan en sus monoplazas. McLaren logró ponerse en Miami a la altura de Ferrari y Red Bull y puso en jaque el 'status quo' actual en la parrilla.
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El momento de Aston Martin
Imola será la puesta en largo de muchas evoluciones: Red Bull, Ferrari, Mercedes, McLaren y por supuesto Aston Martin presentarán una evolución de los monoplazas con los que han estado corriendo la primera parte de la temporada. Quizás la evolución de los monoplazas naranjas sea la menos importante pero sólo porque ya anticiparon parte de ese paquete de mejoras en Miami.
Esta evolución será clave para el equipo de Fernando Alonso. Aston Martin necesita no solo mejorar tanto como el resto de sus rivales sino un poco más para poder recortar la brecha que se ha visto que tiene con respecto a los cuatro equipos de cabeza.
Evolucionar el coche durante la temporada no fue uno de los fuertes de la escudería de Silverstone el año pasado, pero desde la presentación del AMR24 aseguraron que habían entendido el concepto del monoplaza y les costaría menos acertar con las evoluciones.
El único paquete de mejoras que ha introducido a lo largo de esta temporada Aston Martin fue el que presentó en Japón. El rendimiento sí que mejoró las prestaciones del coche pero no solucionó uno de los graves problemas que arrastra el ARM24: la degradación de neumáticos sobre todo en ritmo de carrera.
Al contrario que su predecesor, el monoplaza de la escudería es más competitiva a una vuelta que en ritmo de carrera. Este rendimiento hace que Fernando Alonso haya logrado buenas clasificaciones, pero haya tenido que remar fuera de posición durante la carrera.