Verstappen es inevitable. Poco importan los acontecimientos del fin de semana cuando el semáforo se apaga. Ni perder la pole, por segunda vez consecutiva en la última vuelta de la clasificación, ni la salida supersónica de Russell emulando a Alonso para pasar del cuarto puesto al liderato en la primera curva... Nada puede con el gigante neerlandés que se repuso a todos los intangibles posibles para lograr su séptima victoria de la temporada. [Así hemos vivido la carrera del GP de Montmeló].
Las diferencias minúsculas de la jornada del sábado, se agrandaron el domingo, no llegaron a las proporciones de años anteriores, pero fueron controladas en todo momento por el neerlandés que vuelve a ganar otra bola de partido. Gana, como siempre, pero no con la misma superioridad. En clasificación ya está contra las cuerdas y en carrera falta un punto de cocción para que el resto de pilotos den continuidad a esas dificultades.
Precisamente el que le faltó a Norris para retener el liderato antes de la primera curva. Se centró en taponar a Verstappen y descuidó la zona exterior por la que se coló un Russell vertiginoso y cuando quiso remediarlo, le superó el neerlandés. El que mucho abarca, poco aprieta. Al final no tapó ni a uno ni a otro. De ser primero a tener dos monoplazas por delante en unos metros.
Verstappen olió sangre e hincó el diente. Pronto se quitó de encima a Russell y le dejó a Norris ese hueso que tardó más en roer. El británico volvió a ser el más rápido del día, pero su pobre salida y la batalla con Russell, que sigue siendo más sólido a una vuelta que a 66, le privó de presionar al campeón, que aprovechó una ofrenda que empieza a ser crónica. Cuando más contra las cueras parece, más se ponen de su parte los intangibles.
Salió airoso del primer embite y se limitó a gestionar neumáticos y no ceder ni una décima hasta el tramo final, cuando Norris se situó a poco más de segundos tras un ejercicio más de gestión de Verstappen que ataque del británico. A Norris le va a resultar difícil pelear por el título si cuando tiene el coche más rápido y sale desde la pole no es capaz de ser el primero en ver la bandera de cuadros.
Hamilton completó el podio, tras haber superado vigorosamente a un Sainz anclado en la sexta posición, aunque pudo batallar con su compañero de equipo por la quinta plaza que finalmente dejó pasar en las últimas vueltas al ir el monegasco con mejores neumáticos.
Fernando siguió la línea de toda la temporada. Con un monoplaza que en las rectas no daba ni para atacar ni para defenderse, deambuló por el circuito en batallas contra los Sauber y Haas, sus actuales rivales. Aston Martin espera con ansias el parón veraniego para encontrar la receta y llegar a Hungría con su mejor menú. Misma línea sigue Norris, que sabe que falló en la salida y dejó escapar la victoria. No puede ofrecer más regalos si tiene la intención de plantar algo de batalla por el título. Austria y Silverstone dictará para mimbres está el británico.