Spielberg ha virado las miradas. Mientras que el año pasado estaban puestas en el cielo, por la amenaza de lluvia, y sobre el trazado debido a los límites de pista, hasta 47 vueltas se anularon antes de la carrera tradicional, este curso han estado en el cronómetro. Cualquier décima era vital. [Así hemos vivido la clasificación para la carrera al esprint en Austria]
Un abajo y pasabas el corte, una arriba y te quedabas fuera. Que se lo digan a Fernando, que fue el tiempo que le separó de Gasly para tratar de entrar en la SQ3. El AMR24 sigue dando para lo queda, que es la zona media de la parrilla. Mejor con la goma blanda en los libres que con la media de la clasificación, pero aunque el AMR24 se vista de seda, AMR24 se queda.
Fernando aplazó hasta el pase a la SQ2 hasta su último intento y no pudo hacer lo propio para la última tanda. Igual que Stroll, aunque el canadiense, con buen ritmo, amagaba con lograrlo. Solo un trallazo en la última curva pudo evitarlo. Las mejoras no llegaron y tampoco la mejor versión de Aston Martin que espera la llegada del parón veraniego como agua de mayo, o de julio mejor dicho.
Lo cierto es que a nadie sorprendió ambas eliminaciones. Es más, debido a la poca recompensa en puntos que ofrece la carrera al esprint, Aston Martin pronto se centró en recoger datos para entender mejor al monoplaza. El sábado únicamente puntúan los ocho coches más rápidos y cada posición tiene su nombre escrito. La pelea de Alonso y Stroll es otra, ni siquiera con pilotos de la zona media, sino con su propio coche.
La otra cara de la moneda cae del lado del de siempre: Max Verstappen. Apuró, él y todos, la presencia sobre el asfalto en la SQ3 para ahorrar neumático y buscar la máxima mejora posible y cuando parecía superado, volvió a imponerse. Norris había volado para arrebatar a Piastri el primer puesto. Su tiempo, por debajo del 01:05:00, lucía a pole.
Sainz, con opciones de podio
Hasta que llegó Verstappen 93 milésimas más rápido. Puede parecer poco tiempo, pero es más de lo que le separó en Barcelona hace una semana. El neerlandés se impone por decreto, incluso sin tener el coche más rápido. Será escoltado por ambos McLaren que siguen cercando el trecho a Red Bull, o mejor dicho a Verstappen.
Es en estos circuitos, en los que no cuenta con el coche más rápido, donde el neerlandés está empezando a precintar su cuarto título. Tan solo Norris parece que pueda plantar batalla, pero si no aprovecha cuando posee mayor velocidad, le dejará el Mundial en bandeja.
Sainz poco puede hacer para acabar con la hegemonía neerlandesa. Este sábado partirá desde el quinto puesto, lo esperado y tendrá una oportunidad para meterle puntos a su compañero de equipo que no pudo rodar en la SQ3 por un problema mecánico. Máxima igualdad en Austria. Cada décima, un mundo.