McLaren en general y Norris en particular siguen empeñados en dar emoción, la que puedan, a lo que resta de Mundial de Fórmula 1. El MCL38 ha sido el monoplaza que mejor se ha adaptado a la meteorología cambiante y condiciones mixtas que asolaban el trazado de Hungría desde el inicio de la clasificación. Lando marcó el mejor tiempo, seguido de Piastri y con Verstappen completando las tres primeras posiciones. [Así hemos vivido la clasificación del GP de Hungría].

Red Bull en general y Verstappen en particular no sacaron su habitual sobresaliente. De hecho, hace varias clasificaciones que no lo sacan. Menos aún Pérez, que repitió accidente contra el muro y volvió a no superar la Q1 por segunda carrera consecutiva tras Silverstone. Mientras, el neerlandés no pudo con Norris llegada la hora de la verdad y para colmo se le coló Piastri por el medio. Saldrá desde la tercera posición por detrás de los McLaren tras bajarse del monoplaza a falta de dos minutos para el final.

El accidente de Tsunoda impidió que se mejoraran los tiempos cuando al cronómetro sólo le quedaban 120 segundos. Que iba a ser una clasificación de detalles quedó claro tras la última sesión de entrenamientos libres en los que reinó la igualdad. Tan solo medio segundo separaban al quinto del 16º monoplaza. Cinco décimas entre la tercera fila de la parrilla y la eliminación en la Q1.

Un mínimo error y la clasificación al traste y la carrera condicionada. Que le pregunten a Pérez y Russell si se trataba de detalles. El primero perdió el control de su monoplaza en la curva ocho y se fue contra el muro por segunda clasificación consecutiva, mientras que el británico no pudo mejorar su tiempo inicial y cayó en el primer corte. El poleman del último gran premio, eliminado en Q1.

La ausencia de rectas y su combinación de curvas cortas y rápidas convierten a Hungría en uno de los circuitos en los que el chasis se asemeja al de Mónaco, el trazado más lento de la temporada. Aston Martin arribó en la clasificación bajo el interrogante de los entrenamientos libres.

Fernando Alonso, durante la clasificación del GP de Hungría. EFE.

En los primeros apenas se notó el paquete de mejoras introducidos, pero a medida que fueron avanzando las sesiones ofreció mejores prestaciones, no para descorchar la ilusión, pero sí dentro de una fase de mejora de rendimiento. No obstante, el destino quiso que Alonso, que defendía la séptima posición y venía mejorando su tiempo, no le diera tiempo a cerrar la vuelta por la aparición por sorpresa de la bandera roja. 

Más suerte corrió Sainz, que sí le dio tiempo a completar su mejor vuelta y marcar el cuarto tiempo más rápido. Desde ahí partirá este domingo porque, aunque volvió a salir a pista tras el accidente de Tsunoda, no le dio para mejorar el anterior registro. Norris oposita a la victoria y Piastri a ser su escudero y frenar al Verstappen en la enésima oportunidad de McLaren para ganar otro gran premio.