El fichaje de Adrian Newey por Aston Martin representa uno de los movimientos más impactantes en la Fórmula 1 en los últimos años. El británico, considerado uno de los mejores ingenieros de la historia del automovilismo, deja Red Bull tras casi dos décadas de éxitos y se une al ambicioso proyecto liderado por Lawrence Stroll, propietario del equipo de Silverstone.
Este fichaje supone un paso fundamental en las aspiraciones de Aston Martin de convertirse en un equipo capaz de luchar por campeonatos mundiales, especialmente de cara a las nuevas regulaciones que entrarán en vigor en 2026.
Newey, quien cuenta con 12 títulos de Constructores y 13 de Pilotos en su extenso palmarés, explicó que su decisión de unirse a Aston Martin fue "muy natural". El británico destacó la "pasión, el compromiso y el entusiasmo" de Stroll como factores clave en su elección.
El propio ingeniero afirmó en una rueda de prensa que trabajar con un propietario tan implicado como Lawrence le recuerda a los antiguos modelos de gestión en la Fórmula 1, y que eso fue un elemento que le resultó muy persuasivo.
Uno de los puntos decisivos para que Newey aceptara la oferta de Aston Martin fue la oportunidad de convertirse en socio y accionista del equipo, algo que no le habían ofrecido anteriormente. Además, mencionó que la posibilidad de trabajar con Honda, que se unirá al equipo en 2026 como proveedor exclusivo de unidades de potencia, fue un factor adicional que consideró al tomar su decisión.
Un puzle por montar
La llegada de Newey a Aston Martin no es un fichaje común y no sólo por su sueldo o la complejidad de su salida de Red Bull. El ingeniero británico aterrizará en la escudería como accionista y socio técnico, un rol completamente diferente a cualquiera que haya ocupado anteriormente y que le une aún más al proyecto.
El proyecto de Aston Martin ha mostrado una evolución significativa en los últimos años. La ampliación de la fábrica en Silverstone, el nuevo túnel de viento y la asociación con socios importantes como Aramco y Honda son indicios claros de que el equipo está dispuesto a hacer las inversiones necesarias para competir al más alto nivel. El fichaje de Newey es la última ficha en ese puzle.
El Stroll destacó que este fichaje era clave para completar el "rompecabezas" técnico y de liderazgo en Aston Martin. El canadiense lleva años construyendo las bases para que el equipo sea competitivo, y la llegada de Newey representa un paso crucial en esa dirección. El objetivo final es claro: luchar por campeonatos mundiales. Lawrence y Adrian comparten una visión común y ambos creen firmemente en el potencial del equipo.
El reto ahora para Lawrence Stroll será poner en orden todas las fichas que ha reclutado en los últimos tiempos. Nombres como Andy Cowell, Enrico Cardile, Dan Fallows, Tom McCullough, Bob Bell, Eric Blandin o Mike Krack tendrán que organizarse y repartirse las funciones con Adrian Newey.
Al mando, en el puesto de CEO, está actualmente Martin Whitmarsh, pero el británico cederá su puesto el 1 de octubre a Andy Cowell. El ex director general de Mercedes AMG HPP cuyo fichaje por Aston Martin se anunció a principios de junio y que ha tenido que guardar un gardening (periodo de desvinculación de un equipo de F1 antes de fichar por otro) hasta esta fecha. Esta debería ser la cima del organigrama tras Lawrence Stroll.
Por debajo de Cowell es donde más dudas hay. Durante la rueda de prensa de presentación de este martes, el magnate canadiense ha asegurado que la organización del área técnica del equipo corresponderá al flamante nuevo miembro del equipo desde que llegue a la factoría de Silverstone el 2 de marzo de 2025.
La lógica hace pensar que bajo las órdenes de Newey estarán Bob Bell (director ejecutivo técnico), Dan Fallows (director técnico), Tom McCullough (director de rendimiento), Eric Blandin, (director técnico adjunto) y Enrico Cardile (fichado recientemente de Ferrari que se unirá al equipo en enero de 2025 que asumiría el puesto de director técnico jefe). La duda será definir las funciones y áreas de cada uno.
Al frente del día a día del equipo seguirá Mike Krack (Team principal). Tras la vacante que quedó libre en Sauber-Audi, se rumoreó con la salida del luxemburgués, más aún con el regreso de Mattia Binotto a la Fórmula 1 tras cumplir con su gardening con Ferrari, pero finalmente fue el suizo quien fichó por el nuevo proyecto de la factoría alemana.
Objetivo 2026
Adrian Newey señaló que la normativa de 2026 representa una oportunidad única, ya que todos los equipos partirán desde cero, lo que permitirá a Aston Martin aprovechar su infraestructura y recursos técnicos para ponerse a la vanguardia.
Lawrence Stroll, por su parte, expresó su entusiasmo por la llegada de Newey, calificándola como "la mayor incorporación" desde que adquirió el equipo. Stroll está convencido de que Newey es el mejor en lo que hace y que su llegada al equipo no solo es un acierto, sino una ganga en términos de la inversión realizada.
"Adrian es el mejor del mundo en lo que hace. No hay nadie que se le acerque en términos de títulos. Es un caballero, un ganador y un competidor, y tiene la pasión y el deseo de ganar que todos compartimos en esta fábrica", aseguró el canadiense.
El fichaje del gurú de la aerodinámica es también un mensaje para el resto de la parrilla: Aston Martin está dispuesto a hacer todo lo necesario para estar en la cima. Con la incorporación de un genio técnico como Newey y una asociación estratégica con Honda, el equipo se prepara para aprovechar al máximo las nuevas regulaciones de 2026, que prometen ser un punto de inflexión en la Fórmula 1.
En resumen, la llegada de Adrian Newey a Aston Martin supone un cambio de paradigma para el equipo de Silverstone. Su vasto conocimiento y experiencia serán fundamentales para desarrollar un coche competitivo bajo las nuevas normativas, y su colaboración con Honda podría ser la clave para que la escudería británica logre su ansiado primer campeonato mundial.
Con Newey al frente del departamento técnico y Stroll respaldando el proyecto con su visión y recursos, el equipo parece estar encaminado a convertirse en una fuerza dominante en la Fórmula 1 en los próximos años.