Carlos Sainz se quedó a las puertas de firmar un nuevo podio en el Gran Premio de Azerbaiyán. El piloto madrileño llegó lanzado a las últimas vueltas pero en la penúltima de ellas protagonizó un desafortunado choque con Checo Pérez que terminó con los dos pilotos estrellándose contra el muro de este circuito urbano.
El de Ferrari fue remontando posiciones en los kilómetros finales hasta alcanzar la cuarta posición. La pelea que, a su vez, mantenían Pérez y Leclerc por la segunda plaza, favoreció que Sainz, con un gran ritmo, se uniera a esta pelea en los últimos giros.
Sainz empezó a meter presión a sus rivales y, de hecho, consiguió superar a Checo Pérez antes de afrontar una curva de izquierdas. Así, en la penúltima vuelta, el español se colocó en la tercera posición por detrás de su compañero de equipo, Charles Leclerc.
Sainz pensaba incluso en seguir su progresión y llegar a la segunda posición, pero pronto esas aspiraciones se vieron truncadas. Tras ese giro de izquierdas en el que confirmó su adelantamiento a Pérez, el mexicano salió más fuerte de la curva y se puso casi a su altura en la recta siguiente.
Eso no lo advirtió del todo Carlos Sainz, que varió su trayectoria y giró levemente hacia la izquierda. Ahí se encontraba ya el Red Bull de Pérez, así que los dos monoplazas chocaron y los pilotos perdieron el control de sus volantes.
Un final muy triste para los dos, después de una gran carrera en la que merecían entrar en los puntos y subirse al podio.
Checo Pérez, eso sí, terminó muy enfadado con la maniobra de Carlos Sainz. A través de la radio se le escuchó soltar algún improperio contra el español: "¿Está loco o qué? Vaya un idiota", llegó a decir el mexicano a sus jefes de Red Bull.