Norris iluminó la noche de Singapur tras llevarse una carrera extrema para el resto pilotos por la humedad, aunque extremadamente cómoda para él. Salvó la reválida en la salida con Verstappen, al fin una buena arrancada del británico, y a raíz de ahí tuvo el horizonte despejado durante todo el gran premio de Fórmula 1, deporte que mezcla glamour y dinero.
La gran inversión a realizar es una férrea barrera de salida para las escuderías, véase Hispania RT, y, en otros caso, de entrada. Andretti y Cadillac pueden dar buena fe de ello. Si querían competir en el gran circo debían abonar los 200 millones de euros exigidos a un nuevo equipo para ser admitido en la parrilla. Sin embargo, para las escuderías tan importante es recibir dinero como no dejarlo escapar.
Su viabilidad depende de ello. Cada gran premio supone un enorme gasto económico de traslados, neumáticos, maquinaría, mano de obra… A todos estos gastos fijos se le añade uno variable: los de reparación. Un intangible del que ningún jefe de equipo quiere oír hablar en el box y, que en la mayoría de las ocasiones, depende del piloto. La diferencia entre ver la bandera a cuadros o tener que bajarse del monoplaza antes de tiempo provoca un gran gasto financiero para las escuderías se cuantifica en el Mundial de destructores.
Este campeonato ficticio ordena a los pilotos que más gastos han supuesto a sus equipos por los destrozos causados en sus coches y a las escuderías que, con la suma de sus dos pilotos, más dinero han tenido que invertir en reparaciones. A falta de seis carreras para el final de la tempora, Checo Pérez lidera la clasificación con algo más de cuatro millones y medio de dólares (4.541.000) gastados en reparaciones.
El mexicano está escoltado por Logan Sargeant, cuyos accidentes le costaron el asiento a mitad de temporada en favor de Colapinto. El ya expiloto de Williams le costó a su equipo tres millones de euros en restaurar su coche a lo largo de la mitad de temporada que estuvo al volante. Alexander Albon, su compañero de equipo, cierra el podio con 2.395.000 millones. Los datos de ambos pilotos sitúan a la escudería británica como la que más dinero ha dedicado al arreglo de su monoplaza con 5.395.000 kilos.
Sainz supera a Leclerc y Stroll a Alonso
El siguiente en la lista es un español, Carlos Sainz, que ocupa la cuarta posición del ranking. Su violento accidente durante la clasificación del GP de Singapur ha propiciado su escalada en la clasificación. En términos globales, le ha costado 1.754.000 millones de dólares a Ferrari. Medio millón más que su compañero de equipo, Charles Leclerc, quien se quedó en 1.207.000 dólares según las estimaciones.
Detrás del monegasco, en la undécima posición, aparecen Fernando Alonso y sus 1.177.000 millones. Su accidente Imola, durante la última tanda de entrenamientos libres, ha disparado su gasto en reparaciones que aún así es menor que los 1.420.000 que le ha costado Lance Stroll a Aston Martin ,sexto que más ha gastado. En la parte baja aparece Max Verstappen, en el 14º puesto, con nisquiera un millón de dólares (910.000). El piloto que menos ha hecho gastarse a su equipo es Valtteri Bottas con 125.000 dólares.