El equipo Aston Martin llega al Gran Premio de Estados Unidos con una misión clara: no solo mejorar su rendimiento en las últimas carreras de 2024, sino también sentar las bases del coche que competirá en la temporada 2025.
Después de un 2023 prometedor, donde Fernando Alonso acumuló varios podios, 2024 ha resultado ser una temporada de retos y decepciones para el equipo británico. Este fin de semana en Austin (Texas), en el GP de EEUU, será una oportunidad para introducir un paquete de actualizaciones crucial que, según el equipo de Silverstone, servirá como punto de partida para el desarrollo del monoplaza del próximo año.
El Circuito de las Américas (COTA) en Austin ha sido elegido por Aston Martin y por gran parte de la parrilla para presentar su último paquete de actualizaciones de 2024, tras el parón de competición que ha vivido la F1 desde el último GP, el de Singapur el 22 de septiembre.
Este enfoque en el Gran Premio de Estados Unidos no es casualidad; muchas escuderías aprovechan esta etapa del campeonato para realizar pruebas finales para la siguiente temporada. Aston Martin, sin embargo, va un paso más allá y pretende utilizar estas mejoras no solo para ganar competitividad en la recta final de 2024, sino para establecer un prototipo funcional del AMR25, el monoplaza de la temporada siguiente, según ha explicado el medio especializado SoyMotor, citando a fuentes de la escudería.
El equipo británico ha experimentado problemas a lo largo del año con la correlación entre el túnel de viento y el rendimiento real en pista. Este desfase ha sido motivo de frustración, ya que las mejoras que se introducían no ofrecían el rendimiento esperado.
El trabajo de Aston Martin en Austin será, por tanto, una prueba de fuego para ver si han logrado resolver estos problemas de correlación. Los ingenieros se centrarán en aspectos como la dureza de las suspensiones, la altura del monoplaza y la aerodinámica, elementos clave que podrán trasladar al coche de 2025 si los resultados son prometedores.
Las bases del AMR25
Con el objetivo de recuperar la competitividad perdida, Aston Martin pretende definir en Austin los conceptos básicos del coche de la próxima temporada. Esto no significa que el diseño del AMR25 sea idéntico al que veremos en pista este fin de semana, pero sí que se tomará como referencia su rendimiento y comportamiento.
Los ingenieros están buscando un equilibrio que les permita desarrollar un coche ágil y manejable, adaptado a las preferencias de los pilotos, especialmente las de Fernando Alonso, quien ha manifestado en repetidas ocasiones su deseo de tener un monoplaza con ciertas características, según explica SoyMotor.
Este año, los problemas de subviraje y falta de agilidad en el paso por curva han afectado al rendimiento de Aston Martin. El objetivo en Austin es empezar a corregir estas deficiencias, para que el equipo pueda construir un coche que sea más competitivo en 2025.
La estrategia no se limita solo a mejorar el rendimiento en pista, sino también a proporcionar un marco técnico que permita a los ingenieros de Aston Martin desarrollar el AMR25 con una comprensión más clara de lo que necesitan los pilotos para ser rápidos.
Liderazgo y visión a largo plazo
Uno de los problemas que ha experimentado Aston Martin en 2024 ha sido la falta de un liderazgo técnico claro. A pesar de que Dan Fallows, exingeniero de Red Bull, aportó valiosas ideas en su momento, el equipo ha tenido dificultades para dar un paso adelante y consolidar esas innovaciones en el desarrollo del coche.
La llegada de Adrian Newey en marzo de 2025 podría marcar un punto de inflexión, aunque su influencia será tardía en cuanto a la próxima temporada y será más palpable en 2026, cuando la Fórmula 1 entre en una nueva era con importantes cambios reglamentarios.
Lawrence Stroll es consciente de la necesidad de fortalecer el equipo en esta fase de transición. La incorporación de figuras como Enrico Cardile y Adrian Newey debería traer la estabilidad y el liderazgo que tanto ha echado en falta el equipo esta temporada.
Sin embargo, Fernando Alonso ha insistido en la importancia de no descuidar el presente y de centrarse en conseguir un coche competitivo para 2025, una temporada que será clave para Aston Martin si quiere consolidarse como un contendiente al título en los próximos años.
La carrera por el desarrollo
Aston Martin no es el único equipo que trabaja con la vista puesta en 2025. Todos los equipos de la parrilla están buscando maneras de mejorar su rendimiento, y la carrera por el desarrollo técnico es tan intensa como la propia competencia en la pista.
El éxito de Aston Martin en Austin dependerá no solo de su capacidad para desarrollar un coche competitivo, sino también de su habilidad para anticiparse a los movimientos de sus rivales.
El equipo de Silverstone sabe que los podios probablemente estén fuera de su alcance en lo que resta de 2024, pero esto no significa que el año que viene no puedan luchar por ellos.
Las actualizaciones que se introducirán en Austin podrían ser el primer paso en la dirección correcta, siempre y cuando se encuentren las bases adecuadas para construir sobre ellas.
En última instancia, el objetivo de Aston Martin es cerrar la brecha con equipos como Red Bull, McLaren, Ferrari y Mercedes y posicionarse como un competidor serio en 2025 y, eventualmente, en 2026, cuando la Fórmula 1 adopte un nuevo reglamento.
2025, un año de transición
Con la entrada en vigor de nuevas regulaciones en 2026, que incluyen monoplazas más ligeros y la eliminación del DRS, la próxima temporada de 2025 servirá de puente para Aston Martin y el resto de la parrilla.
La magnitud de estos cambios hace que 2025 se perciba en gran medida como una continuación del trabajo que se ha realizado en 2024. Los equipos, incluido Aston Martin, ya están repartiendo sus recursos entre el coche de 2025 y el desarrollo a largo plazo de sus monoplazas para 2026, en el que podrán comenzar a trabajar desde el 1 de enero próximo.
Figuras como Alonso, Newey o Cardile serán clave en este proceso. Con experiencia en transiciones reglamentarias anteriores, el piloto español ha advertido sobre los riesgos de abandonar por completo el desarrollo de un coche de transición como el de 2025.
Para él, el próximo año será fundamental, ya que el rendimiento en 2025 puede crear una inercia positiva que impulse al equipo hacia el nuevo reglamento. Si Aston Martin puede desarrollar un coche competitivo el próximo año, tendrán una buena base para trabajar y adaptarse a los cambios de 2026.