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El nombre de Adrian Newey es sinónimo de innovación y excelencia en el diseño de automóviles de Fórmula 1. Con una trayectoria de más de cuatro décadas, el británico ha acumulado 25 títulos mundiales, pero a pesar de su impresionante palmarés, hasta ahora ha sido reticente a abrazar las herramientas digitales para el diseño de sus monoplazas, prefiriendo la mesa de dibujo a las pantallas en sus tareas.

Sin embargo, Newey, a sus 65 años, ha admitido recientemente que este método podría estar quedándose rezagado. A pocos meses de su llegada a Aston Martin, se plantea el reto de adaptar su metodología, sumándose a una serie de transformaciones que el equipo británico prevé implementar en Silverstone de cara a la temporada de 2025 y los importantes cambios en la normativa para 2026.

La carrera de Adrian Newey comenzó en la década de 1980, cuando los ingenieros dibujaban en papel y se valían de reglas y compases. Este acercamiento artesanal al diseño se ha mantenido como el principal método de Newey, quien siempre ha considerado la mesa de dibujo como una extensión de sí mismo.

Lawrence Stroll y Adrian Newey sellan el acuerdo Aston Martin

Según sus palabras, la mesa de dibujo es su "lenguaje materno", un método que aprendió en sus estudios de ingeniería aeronáutica a finales de los años 1970 y que perfeccionó al paso de los años, llevando sus innovaciones a equipos de renombre como Williams, McLaren y Red Bull.

A pesar de los éxitos logrados, Newey comienza a reconocer que su enfoque analógico podría estar limitando su potencial. En sus propias palabras, el uso de herramientas digitales ha alcanzado una funcionalidad y velocidad que hace una década resultaba inimaginable.

Estoy empezando a rezagarme un poco en la mesa de dibujo

En la actualidad, estas herramientas permiten a los diseñadores realizar ajustes en tiempo real, regresar a versiones previas del diseño y adaptarse de manera más ágil a los cambios. "Estoy empezando a rezagarme un poco en la mesa de dibujo", admite el ingeniero, abriendo la puerta a una posible integración de métodos digitales en su trabajo para Aston Martin, equipo que espera que esta adaptación no solo mejore sus procesos, sino que también aporte velocidad y precisión al diseño de sus futuros monoplazas.

Crisis de Aston Martin

La temporada 2024 ha sido particularmente difícil para Aston Martin, un equipo que comenzó con promesas de progreso, pero que ha visto cómo sus resultados se desplomaban conforme avanzaba el calendario.

Fernando Alonso, la figura estelar del equipo, no ha logrado replicar los éxitos que cosechó en 2023, y el AMR24, que se mostraba prometedor en los túneles de viento, ha decepcionado en las pistas. Con solo 62 puntos en 20 carreras, el rendimiento del equipo ha sido inconsistente, especialmente en términos de fiabilidad y potencia, factores críticos para enfrentar a sus competidores en la parrilla.

Esta situación ha obligado a Aston Martin a replantearse sus prioridades y estrategias, tanto en términos de personal como en enfoque de desarrollo. El equipo ha sumado figuras importantes como Andy Cowell y Enrico Cardile para fortalecer su liderazgo técnico, pero la incorporación de Newey es quizás la apuesta más ambiciosa y con mayores implicaciones.

El británico aportará a Aston Martin no solo su experiencia en el diseño aerodinámico, sino también su entendimiento profundo del monoplaza en su totalidad, un conocimiento que pocos diseñadores actuales poseen y que será clave para los objetivos del equipo en 2025 y 2026.

Fernando Alonso saludo a los aficionados desde el Paddock Aston Martin

Una armonización pendiente

En 2026, Aston Martin entrará en una nueva era al unirse con Honda como proveedor de motores, en un acuerdo que promete potenciar sus aspiraciones competitivas. Sin embargo, esta colaboración no está exenta de desafíos, especialmente con la llegada de Adrian Newey.

Koji Watanabe, presidente de Honda Racing Corporation, ha declarado que aunque el objetivo es crear el "mejor coche del mundo", esta sinergia también podría generar conflictos debido a las diferentes necesidades del chasis y la unidad de potencia.

Desde Honda reconocen que la colaboración con un ingeniero tan exigente como Newey requerirá una armonización entre el equipo de motores y el de chasis, algo que, si se logra, podría replicar el éxito que Honda alcanzó junto a Red Bull.

De cara a 2025, Aston Martin ya está tomando decisiones significativas para mejorar su rendimiento, conscientes de que el éxito no llegará de la noche a la mañana. Tras la decepcionante actuación del equipo en el Gran Premio de EEUU en Austin (Texas), donde las nuevas piezas introducidas no lograron el efecto esperado, el equipo se vio obligado a revisar su estrategia.

En México, algunas piezas del paquete de mejora de Austin fueron descartadas, mientras que otras, como el alerón delantero, se mantuvieron tras evaluaciones exhaustivas. Estos cambios y ajustes reflejan la visión de Aston Martin: maximizar el rendimiento de cada componente y encontrar soluciones adaptativas para cada circuito, aunque sin perder de vista la planificación a largo plazo.

El jefe de equipo, Mike Krack, se ha mostrado optimista respecto a las incorporaciones recientes, describiendo el enfoque de trabajo de Andy Cowell como "muy estructurado y objetivo", características que también se esperan de Newey una vez que comience a colaborar en el desarrollo del monoplaza de Aston Martin.

No obstante, Krack es consciente de que estas mejoras tardarán en reflejarse en los resultados y que la temporada de 2025 será apenas un preludio para los ambiciosos planes que Aston Martin tiene para 2026, cuando se implementen las nuevas regulaciones técnicas.

Alonso y el futuro

Para Fernando Alonso, la llegada de Adrian Newey a Aston Martin representa una oportunidad única para competir por su ansiado tercer título mundial. La colaboración entre el asturiano y el gurú británico es uno de los aspectos más esperados de esta alianza, ya que ambos comparten una visión común sobre el rol fundamental del piloto en el desarrollo del coche.

Mike Krack ha resaltado la habilidad de Newey para escuchar a los pilotos, algo que será crucial para adaptar el monoplaza a las necesidades de Alonso en la pista. En palabras del propio Krack, "el piloto sigue siendo el mejor sensor", y ingeniero británico es uno de los pocos técnicos que sabe aprovechar esta conexión.

Con la llegada de Newey y la alianza con Honda en el horizonte, Aston Martin está construyendo una estructura que podría cambiar radicalmente su posición en la parrilla de Fórmula 1. La experiencia y el talento de Newey, junto con el conocimiento del fabricante en el desarrollo de unidades de potencia, son los elementos que Aston Martin espera convertir en la fórmula del éxito.

El equipo de Silverstone ha realizado un esfuerzo considerable para atraer a figuras destacadas del deporte y optimizar sus procesos, pero la clave estará en cómo armonicen todos estos cambios en un entorno que demanda agilidad, innovación y resultados inmediatos.

El desafío que Aston Martin y Newey tienen por delante no es pequeño, pero si logran combinar sus recursos y talento, el equipo británico podría hacer historia en la Fórmula 1, situándose en lo más alto del deporte junto a sus rivales.