El Mundial de Fórmula 1 puede quedar patas arribas tras el GP de Brasil. Lando Norris se llevó la pole en agua a primera hora de este domingo, tras posponerse la clasificación por la lluvia del sábado, pero lo realmente importante es que Max Verstappen saldrá 17º en la carrera (16:30 hora española). El neerlandés, con una sanción de cinco puestos, consumó su desgracia con una bandera roja que le pilló a mitad de su vuelta con la que quería meterse en la Q3. [Así vivimos la clasificación del GP de Brasil]
Fernando Alonso, que saldrá 9º, y Carlos Sainz, 14º por la sanción a Verstappen, fueron dos de los pilotos que probaron los muros en esta dura tanda. Primero fue el madrileño, en la Q2, y más tarde fue turno del asturiano, que llegó a soñar con alcanzar una posición alta en parrilla, pero acabó destrozando también su coche tras patinar en la pista.
El otro Aston Martin, el de Stroll, también se estrelló y fue el culpable del caos que perjudicó al líder del Mundial en la segunda tanda. El final de la sesión fue caótico, con el accidente de Alonso y otro del Williams de Albon —el más fuerte de todos— que pararon constantemente el ritmo. La suerte sonrió a Norris, el gran ganador de la mañana, y no solo por la pole. Todo le fue de cara al inglés y el Mundial se puede abrir.
La lluvia fue la gran protagonista de la clasificación y provocó hasta cinco banderas rojas. La primera fue de Franco Colapinto, en la Q1, tanda en la que más fuerte llovió dificultando la conducción para todos los pilotos. La sorpresa inicial fue la eliminación de Lewis Hamilton en la primera tanda. Por poco no cayó Norris, que durante unos instantes se vio fuera de la Q2 y se salvó al límite.
La lluvia pareció dar un respiro a los pilotos a partir de la Q2. En los primeros minutos, se siguió viendo a la mayoría pilotos con neumáticos extremos y fue Piastri el primero en arriesgar con los intermedios. Le salió bien al australiano, que se colocó primero y marcó el paso al el resto con la pista mejorando más y más.
A casi seis minutos del final de la Q2, Carlos Sainz sufrió un trompo en la curva dos y se fue contra el muro. El golpe no pareció fuerte, pero sí lo suficiente para destrozar el alerón trasero y provocar la bandera roja otra vez. Ahí acabó la sesión para el piloto español, que se marchó a boxes decepcionado.
Pero la locura todavía estaba por llegar. El causante fue Lance Stroll, a un minuto de acabar la la Q2. El canadiense tuvo otro accidente, volviendo a salir la bandera roja, ahora para dar por terminada la tanda abruptamente. A Verstappen le pilló en mitad de la vuelta y 12º, por lo que se quedó fuera de la Q3. El neerlandés, que tiene una sanción de cinco puestos por cambiar de motor, saldrá 17º en la carrera de después.
Un final caótico
La Q3 suponía una oportunidad de oro para Norris, con Verstappen tan atrás, pero también para pilotos como Fernando Alonso. El asturiano, con la lluvia que volvía a ir a más, tenía razones de sobra para soñar. Solo nueve pilotos participaron en la última tanda de la clasificación, con el coche de Stroll incapacitado.
Sin embargo, Alonso se convirtió en otra víctima de la lluvia en Interlagos. Se le fue la parte trasera al asturiano y se fue también contra el muro. Siete minutos quedaban para acabar la clasificación, con solo ocho pilotos en pie y todo por decidirse ante las cambiantes condiciones del asfalto.
Todavía habría tiempo para un último accidente y la quinta bandera roja de la mañana. Patinó Albon en recta, cuando soñaba con la pole yendo en segunda posición, y se fue violentamente contra las protecciones. No había dado tiempo a que nadie mejorara, por lo que Norris seguía al frente y con solo 3:31 minutos por delante.
Ya en el tramo definitivo, nadie mejoró a Norris con las condiciones yendo algo a peor George Russell acabó segundo y Yuki Tsunoda, tercero. Oportunidad de oro para Lando, con 44 puntos por debajo de Verstappen y una carrera en Intelagos, en cuestión de horas, para recortar bruscamente esa diferencia. Puede haber Mundial...