La temporada 2024 ha sido un año complicado para Aston Martin en la Fórmula 1. Después de un 2023 prometedor en el que Fernando Alonso consiguió consolidarse como uno de los mejores pilotos del campeonato, el equipo británico ha enfrentado una caída significativa en su rendimiento.
Con apenas 62 puntos acumulados por Alonso y tres carreras restantes, la escudería de Silverstone ha decidido dar un golpe de timón radical, abandonando dos años de desarrollo para rediseñar su monoplaza de cara a 2025.
El Aston Martin AMR24 ha sido el punto más bajo de la escudería en los últimos años. Diseñado para destacar en circuitos de alta velocidad, este coche no cumplió las expectativas y quedó muy lejos de los equipos punteros como Red Bull, Ferrari o McLaren.
La falta de rendimiento, especialmente después del Gran Premio de Canadá, evidenció problemas estructurales en el diseño del monoplaza y en la estrategia técnica del equipo.
Para 2025, Aston Martin ha optado por un cambio técnico drástico: abandonar el enfoque aerodinámico que definió el AMR24 y retomar los conceptos que hicieron del AMR23 un coche competitivo en 2023. Este rediseño buscará mejorar el rendimiento en circuitos de baja velocidad, una característica que permitió a Fernando Alonso brillar en trazados como el de Mónaco el año pasado.
Cambios en el equipo técnico
El revés de 2024 no solo ha afectado al monoplaza, sino también a la estructura interna de Aston Martin. Dan Fallows, quien fue una figura clave en la dirección técnica del equipo, ha sido apartado de su posición y transferido al departamento de producción en Gaydon. Su puesto será ocupado por Luca Furbatto, quien liderará la parte mecánica del próximo AMR25. Mientras tanto, Eric Blandin continuará al frente del desarrollo aerodinámico.
Este movimiento refleja una necesidad urgente de reorganizar las prioridades técnicas del equipo. En 2024, los esfuerzos se centraron en el fondo del coche, con múltiples evoluciones que no dieron los resultados esperados. Ahora, el objetivo será redirigir esos recursos hacia áreas que maximicen el rendimiento, como los alerones traseros, que han sido fundamentales en los avances de otros equipos.
Fernando Alonso, quien terminó cuarto en el campeonato de 2023, ha sido uno de los más afectados por la crisis del equipo de Silverstone. Con un coche poco competitivo y lejos de las primeras posiciones, el piloto español ha tenido que conformarse con luchar por los puntos en lugar de los podios. Sin embargo, el asturiano sigue siendo una pieza clave en los planes de Aston Martin para el futuro.
La llegada de Adrian Newey, considerado uno de los mejores ingenieros en la historia de la Fórmula 1, es un motivo de esperanza para el equipo. Aunque su impacto se sentirá más significativamente en 2026, cuando entren en vigor los nuevos reglamentos técnicos, su incorporación ya está influyendo en el desarrollo del equipo.
Volver a 2023
Aston Martin quiere replicar los éxitos de 2023, un año en el que logró ocho podios gracias al equilibrio entre el diseño del coche y las habilidades de Alonso. En ese entonces, el AMR23 era un coche diseñado para circuitos de baja velocidad, donde gestionaba los neumáticos Pirelli con precisión quirúrgica. Este enfoque será la base del diseño del AMR25, con el objetivo de recuperar la competitividad perdida en 2024.
Además, el equipo está trabajando en la construcción de una infraestructura técnica de primer nivel. Las nuevas instalaciones, que incluyen un túnel de viento de última generación y sistemas avanzados de simulación CFD, están destinadas a convertir a Aston Martin en un contendiente serio para los campeonatos futuros.
La asociación exclusiva con Honda para el suministro de motores y con Aramco para el desarrollo de combustibles sostenibles también forma parte de esta estrategia a largo plazo. Mientras que el futuro a largo plazo parece brillante para Aston Martin, con una clara intención de ser un equipo de referencia en 2026, el camino hacia ese objetivo pasa por un 2025 lleno de desafíos.
Los cambios técnicos y organizativos serán puestos a prueba en una temporada donde el equipo deberá demostrar que puede revertir su situación actual. La decisión de abandonar dos años de trabajo y redirigir sus esfuerzos hacia un concepto probado pero renovado es un movimiento arriesgado, pero necesario.
El éxito de este enfoque dependerá de la capacidad del equipo para implementar las lecciones aprendidas y adaptarse rápidamente a las exigencias de la competición. Aston Martin está en un punto de inflexión. Tras un año 2024 decepcionante, la escudería ha tomado medidas drásticas para redirigir su rumbo y volver a ser competitiva en 2025.
Con Fernando Alonso al volante, un equipo técnico renovado y una estrategia clara para el futuro, el equipo británico espera recuperar la confianza perdida y dar el primer paso hacia el éxito sostenido.
Aunque las incógnitas son muchas, la decisión de romper con el pasado y apostar por un enfoque renovado podría marcar el inicio de una nueva era para Aston Martin en la Fórmula 1. El tiempo dirá si estos cambios serán suficientes para devolver a la escudería a la lucha por la ansiada victoria número 33 de Alonso y, quizás, por el campeonato.