Max Verstappen, actual campeón mundial de Fórmula 1 por cuarta vez consecutiva, tendrá que desembolsar una cifra millonaria para renovar su licencia obligatoria de la FIA y asegurar su participación en la próxima temporada de la máxima categoría del automovilismo.
Este pago, conocido como Superlicencia, se basa en un sistema que combina una tarifa fija y un costo adicional por cada punto obtenido durante la temporada anterior.
El piloto neerlandés, quien acumuló 437 puntos en su exitosa campaña de 2024, enfrentará un costo total de más de un millón de euros (845.000 libras esterlinas). La estructura de la Superlicencia establece un pago base de aproximadamente 11.000 euros, al que se suman cerca de 2.300 euros por cada punto obtenido. Esto ha convertido a Verstappen en el piloto con la licencia más cara del circuito.
Criticas de los pilotos
La política de la FIA de vincular el costo de la Superlicencia al rendimiento deportivo no ha sido bien recibida por algunos pilotos. Verstappen, conocido por su franqueza, expresó anteriormente su descontento en declaraciones al medio ServusTV: "Creo que la suma es absurda. No creo que sea justo que tengamos que pagar tanto. Eso no sucede en otros deportes y, además, cada vez hay más carreras".
A pesar de sus quejas, la situación no afecta directamente las finanzas personales del piloto, ya que Red Bull, su equipo, se hace cargo de este gasto. "Por lo que recuerdo de nuestro contrato, nosotros tenemos que pagar eso", comentó Helmut Marko, asesor de Red Bull.
En comparación con 2023, el costo de la Superlicencia de Verstappen se ha reducido, ya que ese año acumuló 575 puntos, un récord impresionante que le supuso un gasto aún mayor. Sin embargo, sigue muy por encima de otros pilotos destacados como Lando Norris, quien, tras quedar segundo en el campeonato, deberá pagar cerca de 860.000 euros.
En el caso de los españoles, Carlos Sainz tendrá que desembolsar cerca de 678.000 euros antes de debutar con Williams. Por el contrario, Fernando Alonso sólo tendrá que abonar 172.000 euros, quizás la única noticia buena para el asturiano en esta mala temporada del piloto de Aston Martin en comparación con el pasado curso.
Disparidad entre los pilotos
El sistema de cobro por puntos crea una amplia brecha entre los montos que deben pagar los mejores pilotos y aquellos con desempeños más modestos. Lewis Hamilton, siete veces campeón mundial, pagará aproximadamente la mitad que Verstappen, ya que terminó séptimo en el campeonato de 2024 con 229 puntos. El británico, que competirá con Ferrari en 2025, abonará unos 500.000 euros.
Por otro lado, los debutantes como Gabriel Bartoleto (Sauber), Kimi Antonelli (Mercedes) y Jack Doohan (Alpine) solo tendrán que cubrir la tarifa base, ya que no lograron sumar puntos en la temporada. Esto contrasta drásticamente con los pilotos de equipos líderes, quienes deben destinar una parte significativa de sus ingresos o del presupuesto de sus equipos para cumplir con esta exigencia.
El costo de las Superlicencias refleja un fenómeno más amplio en la Fórmula 1: el crecimiento del calendario y el aumento de los ingresos para equipos y organizadores. Sin embargo, también plantea interrogantes sobre la equidad del sistema y su impacto en los pilotos y equipos con menos recursos.
Mientras Verstappen se prepara para defender su título en 2025, la polémica sobre los costos de la Superlicencia sigue siendo un tema recurrente en el paddock, con opiniones divididas sobre si este modelo es el más adecuado para el futuro del deporte.