
Las pilotos de la F1 Academy 2024
Las mujeres, cada vez más presentes en la F1: 4 historias de liderazgo aunque el rol de piloto titular sigue siendo 'imposible'
Nuevas historias que impulsan la apertura de la competición gracias también a iniciativas especiales impulsadas por la FIA.
Más información: Laura Müller, la primera mujer en 'dar órdenes' en la Fórmula 1: Haas rompe el techo de cristal y la nombra ingeniera de pista
En la máxima categoría del automovilismo, tradicionalmente asociada al dominio masculino, han surgido figuras femeninas que evidencian una creciente diversidad. Aunque el camino para que una mujer ocupe uno de los veinte asientos de la parrilla oficial aún se vislumbra complejo, existen ejemplos alentadores que demuestran que el talento, la determinación y la formación especializada pueden vencer numerosos obstáculos.
Los casos de Laura Müller, Rebecca Lee, Hannah Schmitz y Linda Boudabous ilustran cómo las barreras se están rompiendo. Sus experiencias, unidas a iniciativas como la F1 Academy, remarcan que la categoría reina empieza a apreciar la valía de las profesionales.
Sin embargo, el anhelo de ver a una mujer como piloto titular sigue siendo el desafío más grande. Desde los tiempos de María Teresa de Filippis hasta los esfuerzos recientes de Carmen Jordá, Tatiana Calderón o Marta García (entre las hispanohablantes más destacadas), el debate gira en torno a cuánta preparación, fuerza física y apoyo estructural se necesitan para materializar esa meta.
Ascenso pionero
El trayecto de Laura Müller constituye un ejemplo de perseverancia técnica y profesionalismo. Tras cursar estudios en ingeniería mecánica en la Universidad de Múnich, comenzó su experiencia en el automovilismo en la categoría de resistencia WEC y posteriormente en el DTM.
Su talento como ingeniera de rendimiento la condujo al equipo Haas en 2022. Hoy, ha dado un paso trascendental al asumir la responsabilidad como ingeniera de pista, acompañando directamente al piloto Esteban Ocon en la toma de decisiones sobre puesta a punto y estrategias.

Laura Müller, ingeniera de pista en Haas
Su labor implica un dominio riguroso de la telemetría y la gestión de recursos, un área donde la comunicación y la precisión son determinantes. Al ser la primera mujer con el cargo de ingeniera de pista en un equipo de Fórmula 1, Müller ha demostrado que la formación académica sólida y la habilidad para liderar reuniones técnicas pueden allanar un sendero laboral, sin que el género sea una barrera.
Responsabilidad organizativa
Rebecca Lee es otra figura esencial en la Fórmula 1. Se desempeña como oficial de salida de la FIA, lo que la convierte en responsable de supervisar el procedimiento inicial de cada Gran Premio y dar la orden de encender las icónicas cinco luces rojas antes de la largada.
Una tarea que demanda altos niveles de concentración y coordinación, ya que implica interactuar con los equipos de comisarios locales y cerciorarse de que todos los monoplazas estén correctamente posicionados en sus cajones.

Rebecca Lee
Antes de llegar a la máxima categoría, Lee acumuló experiencia en la Fórmula 2 y la Fórmula 3, familiarizándose con la dinámica de las parrillas de salida y los protocolos de seguridad.
Ser la primera mujer con este cargo le otorga un rol histórico: su presencia trasciende la simple labor, pues representa la creciente relevancia de las profesionales femeninas en posiciones clave, donde la exactitud y la compostura pueden definir el desarrollo de una carrera.
Estrategia analítica
El éxito de la escudería Red Bull en los últimos años tiene entre sus pilares a Hannah Schmitz, jefa de estrategia que entró en la compañía en 2009. Con formación en ingeniería en la Universidad de Cambridge, Schmitz sobresalió inicialmente en la modelización de datos y el trabajo con simuladores.
Su visión analítica y capacidad para decidir bajo presión le sirvieron para escalar en el organigrama, hasta convertirse en la principal encargada de diseñar y ajustar planes estratégicos en carrera.

Hannah Schmitz.
Uno de sus momentos de mayor reconocimiento público ocurrió en el Gran Premio de Brasil de 2019, donde una arriesgada decisión de cambiar neumáticos a tiempo dio a Max Verstappen la ventaja necesaria para imponerse. El éxito la llevó incluso a subir al podio, un hecho inusual para el personal técnico.
Desde entonces, Schmitz es un rostro habitual en el muro de boxes: allí, sus cálculos, su temple y su determinación hacen que la estrategia de Red Bull sea admirada y temida por la competencia.
Festejos memorables
Entre la bandera a cuadros y la premiación, la figura de Linda Boudabous garantiza que todo transcurra de manera ordenada. Desde el momento en que los monoplazas entran al Parc Fermé, ella se encarga de orientar a los pilotos, gestionar la entrega de trofeos y coordinar la presencia de los dignatarios en la ceremonia.
Este papel, aparentemente más discreto, resulta indispensable para que la imagen final de cada Gran Premio se muestre impecable al mundo.

Linda Boudabous
La experiencia de Boudabous en organizaciones como el Automóvil Club de Mónaco y su dominio de varios idiomas han facilitado su labor dentro de la Federación Internacional del Automóvil.
Al poder comunicarse con efectividad con pilotos, directivos y personal de distintas culturas, cumple un rol diplomático y logístico que contribuye a la buena imagen de la categoría.
F1 Academy
A pesar de estos avances, el gran reto para las aficionadas al automovilismo es convertirse en pilotos titulares. Sólo cinco mujeres han llegado a correr un Gran Premio oficial en toda la historia, sin que ninguna lograse asentarse como titular permanente. La pionera, María Teresa de Filippis, participó en 1958; Lella Lombardi, en la década de 1970, logró incluso puntuar en España.
Posteriormente, Divina Galica, Desiré Wilson y Giovanna Amati completaron el reducido grupo de mujeres con experiencia en la categoría reina. Sin embargo, desde 1992 no se ha visto a ninguna mujer en una sesión oficial clasificatoria.
Nombres de españolas como María de Villota y Carmen Jordá estuvieron cerca de integrar un equipo, pero diversos factores incidieron para que no dieran el salto definitivo. Algunas voces apuntan a la exigencia física propia de categorías como la F2, donde no existe dirección asistida y el esfuerzo en curvas rápidas se incrementa de manera notable.

La piloto española Marta García
Marta García y Nerea Martí han destacado en categorías inferiores, pero chocan con la realidad de unos pocos asientos disponibles y una competencia feroz donde, estadísticamente, los hombres son mayoría.
La F1 Academy, instaurada por la FIA, constituye una iniciativa reciente que pretende brindar kilometraje en pista y visibilidad mediática a jóvenes promesas femeninas. Su objetivo es mejorar la preparación de cara a escalones superiores, como la Fórmula 3 y la Fórmula 2, y de este modo elevar la probabilidad de que alguna acabe por ganarse un lugar en la parrilla principal.
Además, la planificación a partir del 2025 contempla la ampliación de monoplazas y equipos, lo que sugiere un apoyo institucional cada vez mayor al talento femenino. En esencia, el debate sobre la falta de presencia femenina como pilotos titulares en la Fórmula 1 trasciende la cuestión meramente física.
Tatiana Calderón, quien llegó a pilotar para el programa de desarrollo de Sauber y compitió en F2, defiende que la masa muscular se puede fortalecer con entrenamiento específico, y que, con un respaldo adecuado, el rendimiento femenino puede equipararse al masculino.

Tatiana Calderón
Otros factores como la financiación, el número de mujeres que se inician en el karting desde temprana edad y la exposición mediática influyen directamente en la posibilidad de alcanzar la cúspide automovilística.
La experiencia de Müller, Lee, Schmitz y Boudabous confirma que la máxima categoría ha dejado de ser terreno exclusivo masculino, abriendo espacios laborales en ingeniería, gestión de eventos y estrategia.
No obstante, el anhelo de una piloto oficial permanece pendiente de resolverse, y la certeza de que es un proceso largo no quita la esperanza de ver más mujeres compitiendo en igualdad de condiciones. El futuro depende tanto del empuje institucional como del apoyo de las propias escuderías para captar y desarrollar el talento femenino desde las categorías base.
Cuando se sumen suficientes factores favorables, la posibilidad de alinear a una mujer en la parrilla y verla luchar por victorias será, más que un sueño, una realidad palpable.