No está el Mundial de MotoGP para dar agua al enemigo, pero en ocasiones luchar por uno mismo significa ayudar al rival. Más complicada se vuelve la situación cuando enfrente tienes a un viejo amigo que más tarde se convirtió en el adversario número uno. Es la historia de Dani Pedrosa y Jorge Lorenzo, que sobre el asfalto de Aragón vivió un nuevo capítulo. Valentino Rossi avanzaba imparable desde el sexto puesto, pero Pedrosa cerró la puerta dejando a Lorenzo disfrutar sin oposición de la primera plaza, y poder acercarse al título mundial.
Tras la clasificación que dejó a Lorenzo por detrás de Marc Márquez en la parrilla de salida, nadie esperaba que la carrera se decidiese en las ruedas de Pedrosa y Rossi. Su duelo levantó al público de Alcañiz de sus asientos. Una pugna antológica con hasta seis ataques del italiano y remontadas del piloto español. Una batalla por la segunda plaza que acabó con Pedrosa en el segundo cajón del podio y Lorenzo agradeciendo la habilidad de su compatriota.
La relación entre ambos ha sido una auténtica montaña rusa desde que ambos empezasen a compartir momentos en las pruebas de 125 cc. Los elogios que se intercambiaban a principios de siglo se tornaron más adelante en reproches. Cambios continuos en su relación que sin embargo mantenía una constante: la competitividad deportiva entre ambos que dejaba una intensidad brutal en los enfrentamientos sobre la pista.
En 2003 Pedrosa levantaba el título de 125 cc. con la mayoría de edad recién cumplida. El joven de 18 años estaba emocionado y a su lado se encontraba Lorenzo, con quien había competido, para animarle levantándole el brazo y exhibiéndole como el campeón. Desde ese momento la moto de su amistad fue cuesta abajo. Choques en pista y acusaciones por falta de humildad acabaron con las felicitaciones mutuas. En 2012, nueve años después, Lorenzo era claro al respecto: "Pedrosa y yo no somos amigos". Unas declaraciones que contrarrestaban con el intento de mantener una relación cordial.
Como pequeños demonios en los hombros de ambos aparecían sus representantes. Alberto Puig con Pedrosa y Dani Amatriaín en el lado de Lorenzo intensificaban la pugna, quizás conscientes de que eso atraía público para sus respectivos pilotos, que dividían a la audiencia en 'pedrosistas' y lorenzistas'. Un enfrentamiento que provocaba reclamaciones de sanciones para el rival, acusaciones entre ellos de falta de humildad... Un intento de crear un Madrid-Barça sobre el asfalto.
Por todo ello, lo último que pasó por la cabeza de Lorenzo fue que aquel chico que no podía contener las lágrimas al ganar su primer campeonato y con el que había compartido tantos desencuentros, fuese el mismo que le diese la gasolina para dar un paso de gigante en la remontada por el título mundial. Sería el tercer título del mallorquín tras los logrados en 2010 y 2012.
Adiós al Mundial de Márquez
Por su parte, Marc Márquez no va a hacer buena la frase “a la tercera va la vencida”. Tras las temporadas de 2013 y 2014, sus primeros años en MotoGP, el 2015 le ha cerrado las puertas del triple entorchado consecutivo. Las caídas en pista han sido el principal motivo de su bajada de puntos que le impide pelear por el campeonato. En Aragón tocó suelo por quinta vez en el curso, pero no buscó excusas: "Simplemente pedir disculpas porque ha sido completamente mi error”. Sin echar balones fuera y asumiendo que a pesar de ser el vigente campeón es hora de reinventarse.
Conseguir el título en las tres categorías encumbró al piloto español y lo puso a la altura de los grandes competidores como Lorenzo, Pedrosa o Rossi, siendo la gran irrupción del motociclismo en los últimos campeonatos. Para terminar de formar a un campeón hacen falta derrotas y en 2015 ha tenido más de una ración. En 2010 vivió su primera victoria en la categoría de 125 cc., venciendo en 2012 en Moto2 y coronándose con 'los mayores' los dos años siguientes. Cinco años después de su primer triunfo llegaron las cinco caídas, las que suponen su primera vez en la máxima categoría sin lograr el título.