El piloto español de Yamaha, que sufrió un esguince de ligamentos en su hombro izquierdo entrenando en casa de Sete Gibernau el pasado sábado, se somete cada día a sesiones de magnetoterapia y crioterapia para reducir el dolor y la inflamación. “De todos los circuitos, éste es el más exigente y más duro para los frenos y para los pilotos porque tiene muchas frenadas muy fuertes en cada vuelta”, asegura Valentino Rossi, quien llega a Motegi con una ventaja de 14 puntos sobre su compañero de equipo.
La jornada posterior al Gran Premio de Aragón, Lorenzo rehusó participar en el test programado por Michelin, el nuevo proveedor de neumáticos de MotoGP en 2016, para no correr riesgos innecesarios. De hecho, mientras desayunaba con calma en su motorhome en el circuito de MotorLand, su compañero de equipo se llevó un susto descomunal cuando el campeonato del mundo afronta su recta final y sólo 14 puntos les separan a ambos en la pelea por la corona de campeón a falta de cuatro carreras. Valentino Rossi sufrió una aparatosa caída y su Yamaha M1 quedó destrozada, aunque él sólo sufrió una pequeña abrasión en su brazo derecho.
El pasado sábado, un día antes de poner rumbo a Japón, Lorenzo recibió una invitación de Sete Gibernau para entrenar en el circuito de asfalto que tiene en su casa de La Bisbal d’Empordà (Girona). Lo que a priori iba a ser una jornada de diversión con otros pilotos mundialistas como Dani Pedrosa, los hermanos Espargaró, Álex Rins o Ricky Cardús, se saldó con un esguince de ligamentos en su hombro izquierdo. “Era una especie de warm up antes de la carrera. Aleix me estaba molestando un poco, así como jugando, y lo pasé porque quería irme. Iba demasiado rápido en una curva en la que reduje una marcha. Eso causó el bloqueo de la rueda trasera y salí volando”, ha recordado el bicampeón del mundo de MotoGP durante la conferencia de prensa del Gran Premio de Japón, en la que ha prescindido del cabestrillo que minutos antes lucía en el trazado Twin Ring Motegi.
A toro pasado, Lorenzo reconoce que fue un error entrenar con un tipo de moto (una pequeña de 100cc) que nunca antes había probado. “Me tenía que haber quedado en casa, en el sofá, viendo la televisión y ahora mismo estaría mejor”, bromea el bicampeón del mundo de MotoGP, quien reconoce que en un primer momento temió que tendría que pasar por el quirófano. Después las radiografías realizadas en el Hospital General de Catalunya lo descartaron y pudo respirar más tranquilo. “Tengo algo de dolor y es algo incómodo, pero he mejorado mucho en estos días. Cada día me siento mejor y quizá el domingo esté cerca del 100% de mi rendimiento”, añade el piloto español de Yamaha, que durante la sesión de clasificación del GP de Estados Unidos en 2009 sufrió una lesión similar aunque eso no le impidió subir al tercer escalón del podio.
Claudio Scribano, el fisioterapeuta siciliano que le acompaña a todos los grandes premios desde hace cuatro temporadas, tiene trabajo extra este fin de semana. “Claudio tiene mucha experiencia en este tipo de lesiones, pues ha trabajado en traumatología durante 30 años. Sabe lo que se tiene que hacer y qué máquinas hay para ayudarte un poco”, afirma Lorenzo, que está siendo sometido a sesiones de láser y frío para aliviar el dolor y reducir la inflamación así como a magnetoterapia. Scribano, que antes trabajó en el AC Milan, fue de vital importancia en la gesta que el piloto español protagonizó en Assen en 2013, cuando disputó la carrera y finalizó quinto sólo 35 horas después de ser operado de una fractura en su clavícula izquierda.