Nadie ponía en duda, hasta este domingo, que es un genio del motociclismo. Un mito que, a sus 36 años y contra pilotos a los que les saca casi tres lustros, busca su décimo cetro de campeón del mundo. Hasta que en Sepang, donde consiguió hace justo seis años su novena corona y la gallina vechhia fa buon brodo (gallina vieja hace buen caldo), mancilló su leyenda de una patada.
La que Valentino Rossi le lanzó a Marc Márquez en el séptimo giro, cuando el piloto italiano de Yamaha marchaba por delante de su rival y lo esperó en el interior de la curva 14 para cambiar su trayectoria y abrirse hacia el exterior hasta que el contacto fue inevitable. Lo que sí pudo evitar fue la patada que le lanzó Márquez en un acto de absoluta impotencia y desesperación. Un gesto que Dirección de Carrera sancionó con tres puntos en el carnet, que sumados al punto que ya tenía desde Misano al obstaculizar a Jorge Lorenzo en la sesión de clasificación, le obligan por reglamento a partir desde la última posición de la parrilla de salida de Cheste.
Amenaza Valentino con no hacer acto de presencia en la última cita de una temporada en la que ha liderado la general desde la prueba inaugural, un título merecido que él mismo ha dilapidado de una sola patada mientras que, desde Italia, Graziano Rossi alza la voz para defender a su hijo. “Han dejado que Marc le obstaculizara continuamente, como ocurrió en Phillip Island. Los organizadores del campeonato del mundo de MotoGP son españoles y lo han permitido. Considero que es un asunto muy serio”, clama el progenitor de Il Dottore quien, a través de su empresa VR46 Racing, se encarga de gestionar y comercializar el merchandising de Márquez, entre otros pilotos mundialistas.
Pese a todo, Rossi todavía cuenta con una renta de siete puntos sobre Lorenzo antes de llegar a Cheste, donde una victoria del piloto español y una segunda plaza de Valentino proclamarían campeón al italiano en un trazado donde en 2006 perdió la que hubiera sido su octava corona tras una caída en carrera y cuando llegaba con una ventaja de ocho puntos sobre Nicky Hayden.
Il Dottore tiene que apelar a la remontada en el circuito valenciano y de eso sabe mucho Márquez, porque en 2012 también fue sancionado con la última posición en la parrilla de Moto2 tras tirar al italiano Simone Corsi. Desde la última plaza y bajo la lluvia, emprendió una remontada salvaje que le llevó a superar a 22 pilotos sólo en la primera vuelta para después terminar en lo más alto del podio en su última carrera en la categoría intermedia y antes de dar el salto a MotoGP en 2013.