Ni siquiera volar en Business o First te da la garantía de llegar a tiempo a tu destino porque cuando un viaje se tuerce… Que se lo digan a Marc Márquez, que el pasado lunes por la mañana salió de su casa de Cervera (Lérida) para viajar hasta la localidad argentina de Termas de Río Hondo, donde terminó aterrizando a las tres de la madrugada del jueves. Cuatro días ha tardado el piloto español del equipo Repsol Honda hasta llegar a su destino final en una aventura repleta de peripecias y en la que hasta peligró su asistencia a la conferencia de prensa del GP de Argentina con la consiguiente sanción económica, según la nueva normativa aprobada por la Federación Internacional de Motociclismo (FIM) y Dorna, promotor del campeonato del mundo de MotoGP.
“He llegado después de 60 horas de viaje y ha sido el más largo de mi vida. Estoy muy cansado, pero tengo ganas de trabajar en la moto y de confirmar las sensaciones de Qatar”, aseguró Márquez durante la rueda de prensa celebrada en el circuito de Termas del Río Hondo.
Junto con algunos miembros de su equipo, el piloto español tenía previsto volar este lunes con British Airways desde Barcelona a Londres para después enlazar con el vuelo transoceánico que desde Heathrow partía hacia Buenos Aires, pero el mal tiempo en la capital londinense originó retrasos de más de cuatro horas con lo que al llegar a Londres perderían el enlace. Consideraron que la mejor opción era cambiar los billetes de British Airways por otros de Air Europa para el día siguiente. En la tarde del martes debía volar desde Barcelona hasta Madrid donde, de madrugada, tomarían el avión hacia Buenos Aires. El retraso en el primer vuelo originó que perdieran el enlace y pasaron la noche en la capital madrileña. El miércoles un nuevo cambio de billetes, en esta ocasión con Iberia, para volar a las 11.50 horas.
El vuelo que les llevó hasta Buenos Aires aterrizó a las 19.45 horas locales (cinco horas más en España) en el aeropuerto de Ezeiza, pero quedaba otro avión más para llegar hasta el destino final. Un coche les llevó hasta el Aeroparque Jorge Newbery, un trayecto de más de media hora, para el chárter que les esperó más de tres horas. Pero aún quedaba un sobresalto más… “Ha sido un viaje en el que hasta he visto salir humo negro de uno de los motores del último avión”, narró con gracia Márquez: “¿Qué si tengo miedo por la gran cantidad de fans? Anoche si que pasé miedo en el avión porque se paró un motor y tuvimos que aterrizar con uno solo”.