Durante los test de Sepang, en la primera toma de contacto de la pretemporada 2017, Valentino Rossi aseguró que Marc Márquez estaba jugando al escondite y ocultaba su verdadero potencial. El piloto español concluyó en la tercera posición después de las tres días de sufrimiento en el circuito malasio y aseguró tener detectados los puntos que debían mejorar para conseguir ser más rápidos.
En la fábrica del ala dorada trabajan para solucionar los problemas derivados de la versión 2017 de su propulsor, pero el vigente campeón del mundo de MotoGP sabe cómo camuflar sus carencias porque ha sido el más rápido (1:29.497) tras 68 giros en la primera jornada de entrenamientos en el trazado australiano de Phillip Island. Sólo el piloto italiano ha sido capaz de acercarse a Márquez después de rebajar su crono (1:29.683) en la penúltima vuelta tras montar un juego de neumáticos nuevos y quedarse a 186 milésimas del español.
“Queda mucho trabajo por delante para terminar de entender la moto y acercarnos a Márquez, que hasta ahora ha sido claramente el que ha rodado más rápido de todos. Viñales fue muy deprisa en Valencia y en Sepang, pero si lo analizas detenidamente te das cuenta de que Márquez fue el más rápido en todos lados, sobre todo en ritmo”, aseguró Il Dottore, que mañana cumplirá 38 años y lo celebrará en la isla australiana en una cena con sus mecánicos y su grupo de trabajo más cercano.
Las características especiales de Phillip Island, una pista con muchas curvas rápidas y pocas aceleraciones -el punto débil de la RC213V año tras año-, también han ayudado a marcar las diferencias porque Márquez siempre va rápido en este trazado.
“En este circuito siempre hemos ido bien y nuestros puntos débiles aquí no existen porque no hay ese tipo de curvas. Esa es una de las razones por las que vamos rápido. Hemos tenido un día bastante ocupado, porque hemos trabajado mucho en el motor porque, evidentemente, es distinto al que utilizamos aquí el año pasado. Estamos trabajando en la electrónica, que es donde me está costando más. Todavía nos falta algo en lo que respecta a la electrónica. Parece que la electrónica va por un lado y el motor por otro, no están trabajando juntos. Es difícil de entender, pero tenemos que arreglarlo”, confesó el piloto español, que necesita tiempo para adaptarse a la nueva configuración del motor big Bang, muy diferente al screamer que ha utilizado desde que debutara en MotoGP en 2013.