Vestido con un impecable esmoquin, Dani Pedrosa se adentra en el Casino de Salzburgo para recibir instrucciones y cumplir con una misión secreta. Un encargo al más puro estilo James Bond que le lleva hasta el Hangar 7, un espacio multifuncional propiedad de Red Bull ubicado en el aeropuerto de la ciudad austriaca. Allí se sube en un helicóptero para cumplir con su misión secreta, que no es otra que terminar saltando al vacío en paracaídas. El vídeo promocional del Gran Premio de Austria, una propuesta del piloto español a su patrocinador y propietario del circuito de Spielberg, es impactante.
Más si cabe cuando el propio piloto narra la experiencia de estar con los pies colgando a unos 3.500 metros de altitud. “Vas subiendo con el helicóptero y, la verdad, al principio no le das importancia, pero llega un momento que ves el circuito muy
pequeño y cuando miras el reloj ves que estás a 3.500 metros de altura”, explica Pedrosa, que para su primer salto en paracaídas contó, obviamente, con la ayuda de un monitor.
“Te atas con él y te sientas al borde de la puerta, ya abierta, del helicóptero. Ahí es donde empiezas a tener respeto al salto. Te quedas con los pies colgando, como si estuvieses sentado en un balcón y el suelo fuese transparente, como un cristal. Ese instante impresiona, de verdad, y es ahí cuando miras al monitor y le dices 'Venga, lancémonos cuanto antes'”, narra el piloto del equipo Repsol Honda, visiblemente satisfecho con el resultado final de la idea que surgió de su cabeza.
“¡Los primeros metros en caída son increíbles!”, asegura Pedrosa mientras su compañero de equipo le mira con ojos de admiración. “No lo he hecho y no me extra motiva. Soy muy feliz y estoy muy bien con los pies en el suelo, aunque antes prefiero el paracaídas que el mar”, explica entre risas Marc Márquez, que tiene un pánico infernal al mar. “Cuando estás en el agua todo es oscuro por debajo… Mejor paracaídas porque te tiras y lo ves venir. En el mar, por debajo, no se ve venir…”.