Marc Márquez tenía preparada una celebración especial para su octavo título mundial. La temática era el billar y es que el piloto español se enfrentaba al reto de mandar la bola ocho al agujero. Sin fallo, como es él, Márquez metió a la primera la bola que refleja su octavo campeonato del mundo.
Márquez quería tomarse su última conquista como un juego, con diversión. El piloto español siempre ha disfrutado de su profesión y por eso quiso dejar en el Gran Premio de Tailanda su huella jugando al billar. Sin truco, se la jugó, como hizo durante la carrera adelantando a Quartararo en la última vuelta, y la metió en el agujero.
Márquez 'embocó' la bola y se subió a la mesa de billar, en donde le dieron una gigantesca bola negra para posteriormente regresar a su moto y continuar hasta el parque cerrado, en donde fue felicitado por todo su equipo.
"Estaba planificando el fin de semana para tratar de ir a por la victoria independientemente del campeonato, de la distancia que me sacase Dovi, mi objetivo era tratar de encontrar la mejor manera de ganar la carrera y es lo que he logrado", dijo Márquez tras la carrera.
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