Pedro Acosta se proclamó campeón del mundo de Moto3 con su victoria en el GP del Algarve. El de Mazarrón, a sus 17 años, es el español más joven de la historia en ganar un título y el segundo de la historia. En este último caso, Loris Capirossi se queda con el récord por solo 24 horas: 17 años y 165 días frente a los 166 del español. Además, es la sexta vez que un español gana en esta categoría. Sus lágrimas tras la carrera reflejaron lo vivido.
El joven piloto murciano, subido a su KTM, cerró un círculo con épica para proclamarse mejor del mundo en Moto3. Y lo hizo, como ha acostumbrado durante todo el Mundial, con tensión hasta el final y puede que hasta algo de fortuna. A Pedro Acosta le bastaba con quedar por delante de Foggia. Una tarea nada sencilla teniendo en cuenta que él salía 14º y su rival cuarto. Sería en la útlima vuelta cuando una caída del italiano le quitara de la pugna por el triunfo y, por tanto, certificara la victoria del español.
Foggia no tardó en colocarse primero en una salida igualada en la carrera de Moto3. Acosta inició su remontada y rápidamente se colocó en el grupo de los cinco más rápidos de la categoría. El plan estaba saliendo a la perfección. Sin embargo, no había manera de alcanzar el objetivo: quedar por delante del italiano para asegurarse el campeonato. Es más, Foggia firmaba una vuelta rápida por poco con aún 18 vueltas por delante.
Xavier Artigas le daba el toque español a la cabeza de carrera y se metía en la pelea con Binder. El sudafricano, junto a Foggia, sería quien protagonizara el liderazgo de este Gran Premio durante gran parte de la jornada. Fue ahí, con Binder tercero, cuando Acosta sacó el diente. La pelea entre ambos se alargó más de lo esperado. Binder se quitó del medio a Artigas y Acosta subió a la tercera plaza. Foggia continuaba tranquilo sin nadie que le presionara.
Sin embargo, a 12 vueltas para el final, el 'Tiburón de Mazarrón' se colocó segundo e inició su batalla por el triunfo y el título. Una bajada le bastó para situarse primero, aunque segundos después caería a la tercera posición. Jaume Masià se metió en el grupo de cabeza y benefició a Acosta, que de nuevo recuperó la primera plaza aprovechando la pugna de Masià con Foggia. La locura conquistaba el Gran Premio con el campeón en el aire.
Lo peor (no para Acosta), estaba por llegar. Un error del murciano le hizo despegarse hasta la sexta plaza, pero volvió a tirar de heroica para ponerse tercero a seis vueltas. A tres para el final se catapultó hasta la primera plaza. Y, pese a no contar con un Masià de escudero tras una caída, vio como Foggia se fue al suelo en la última vuelta. Tenía camino libre para hacer historia. Un triste final para su pugna con el italiano, pero un merecido triunfo para el joven español.
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