El circuito Ricardo Tormo de Cheste será testigo este fin de semana del último baile de Valentino Rossi en MotoGP. El italiano deja atrás 26 temporadas dedicado en cuerpo y alma al deporte que ama para, a partir de este lunes, comenzar una nueva vida en la que se convertirá en padre al inicio de 2022. “Sabía que llegaría este momento y es una sensación extraña la que me embarga. Las cosas cambiarán y mi estilo de vida será completamente distinto. Cuando dejas de ser piloto de MotoGP, la vida cambia”, ha asegurado Il Dottore en su última comparecencia ante los medios de comunicación y rodeado por todos los pilotos de la parrilla de la categoría reina salvo Marc Márquez, ausente en el Gran Premio de la Comunitat Valenciana tras volver a sufrir problemas de visión doble derivados de una caída mientras practicaba off road.
Pese a la emoción del momento y los mensajes de superación enviados por sus seguidores, el italiano ha mantenido la calma gracias a su experiencia y sólo se le han humedecido los ojos al ver juntas a las nueve motos con las que se convirtió en campeón del mundo tras sumar 115 victorias, 235 podios y 65 poles.
Despedida
“La verdad es que esta ha sido una temporada particular, sobre todo en la segunda parte después de anunciar que iba a ser la última. Voy a tratar de hacerlo lo más normal posible, pero no va a ser fácil. Siento una gran emoción ya desde este jueves, al ver aquí juntas todas las motos y a todos los pilotos de MotoGP aquí congregados. Trataré de dar el máximo durante este fin de semana y espero que podamos tener buenas condiciones climatológicas, sobre todo para la carrera del domingo”, ha reflexionado.
Motos campeonas
“Tengo en casa todas las motos con las que me proclamé campeón del mundo, salvo las Honda. Tengo las Aprilia, todas las Yamaha… La Yamaha de 2004 la tengo en mi dormitorio y todas las mañanas cuando me despierto la veo ahí. Verlas todas ahí reunidas da una sensación increíble, habla de una larga trayectoria. Si ves la primera [Aprilia 125cc] te das cuenta de que ha pasado mucho tiempo. También la última, porque han pasado otros 10 años desde el último título. Es una gran emoción, de verdad”, ha explicado para después desvelar que ha hablado con Alberto Puig, team manager del equipo Repsol Honda, para pedirle una moto de la marca del ala dorada.
“Le he pedido como mínimo la Honda de 500cc de 2001, también porque es mía. Es la moto que se supone que Honda me iba a dar. Estaba preparado para llevármela, tenía el sitio reservado, pero por alguna razón la moto nunca llegó… Estaría contento de que cambiasen de idea y me la diesen. Aseguro que la mantendré intacta, con una temperatura perfecta y ocupando un lugar de honor en mi casa”, ha señalado entre risas.
Icono del motociclismo
“Creo que lo más positivo de mi carrera es que mucha gente ha empezado a seguir MotoGP para seguir mi carrera desde el inicio. Este deporte ha ganado en importancia en Italia, pero también por todo el mundo. Es bonito entender que a lo largo de mi carrera deportiva me he convertido en algo distinto, en una suerte de icono, y eso me da mucho placer. Para un piloto lo más importante es lo que sucede en la pista y los resultados, pero esto es lo mejor que he cosechado en mi carrera”, ha argumentado.
Numerología
“El resultado de la suma de la fecha de mi última carrera es increíble. No era fácil convencer a Dios de que hiciese esa combinación [risas]. Durante mi carrera ha habido muchas coincidencias que tenían que ver con los números. Quizás, es una señal divina o una casualidad. No lo sabremos…”, ha bromeado el italiano después de descubrir que la suma del día 14, más el mes 11 y el año 21 dan como resultado 46, su icónico dorsal.
Décimo título
“He luchado mucho por ganar mi décimo título y he podido competir a buen nivel desde 2009. ¡Ya hace una vida de entonces! Me habría sentido muy feliz si hubiera conseguido ganar el título de 2015 y el número 10 habría redondeado el círculo, pero no me puedo quejar. He tenido una gran carrera y el número 9 es uno de mis favoritos. He tenido 89 victorias, 199 podios… es como mi número maldito. Cuando subí al podio en Jerez 2020 pensé: ‘A que va a ser mi último podio…' Desde Austria, cuando anuncié mi retirada, en estos últimos meses he podido darme más cuenta de lo que he hecho y entenderlo mejor. Antes siempre miraba mi carrera en MotoGP desde mi punto de vista, como hacen todos los pilotos. Estás en una especie de visión de túnel; no es que sea un túnel negro o malo, pero sí que estás mirando todo desde tu punto de vista. Es muy difícil dar un paso atrás, mirar con perspectiva y ver qué ocurre alrededor. Es una gran sensación poder entender todo desde fuera y me siento muy orgulloso por ello”, ha narrado.
Rivales
“La rivalidad en cualquier deporte, sobre todo en MotoGP, no es algo que te guste demasiado, pero es algo fantástico para dar el máximo, para sobrepasar tus límites y encontrar algo dentro de ti que ni siquiera intuías que tuvieras. He tenido grandes rivalidades durante toda mi carrera y lo he disfrutado mucho, especialmente en la primera parte, porque ganaba más. En la segunda parte perdía más, pero también la disfrutaba. Diría la rivalidad con Max Biaggi, porque era un duelo entre dos italianos y en Italia había mucho movimiento alrededor, también con Casey Stoner, con Jorge Lorenzo, con Marc Márquez al final... Con todos los pilotos en los últimos años he disfrutado batiéndome con ellos. Lo recuerdas de una manera positiva, como algo especial”, ha concluido.