Rugen los motores en Catar y arranca una nueva temporada de MotoGP, la décima de Marc Márquez (Cervera, 1993). A 2022 le pide, sobre todo, dejar atrás todos los problemas que hicieron de 2020 y 2021 sus peores años como piloto. A partir de ahí empezará a soñar con volver a meterse en el camino de superar los siete Mundiales de la categoría reina de Valentino Rossi y los ocho de Giacomo Agostini.
Volver a subirse a una moto ya es un triunfo, casi como lo fuera el año pasado. El motivo fue el problema ocular que sufrió tras tener un accidente haciendo motocross junto al campeón de enduro Josep García. Por si el húmero derecho no le hubiera ya dado suficientes problemas, Márquez tuvo que volver a enfrentarse a una patología que ya amenazó su carrera cuando apenas acababa de despegar.
Todo parecía ir bien para Marc tras luchar durante todo el año con su brazo. Atrás quedaban las tres operaciones, una infección y todos los tratamientos posteriores, aunque aún a día de hoy el nervio radial se le inflama y le duele. Y el accidente le provocó una diplopía (un problema de visión doble) que volvía a poner su carrera bajo una enorme nube de incertidumbre.
Habían sido dos años de pesadilla y tocaba enfrentarse de nuevo a todo un proceso de lucha. Aquello desencadenó en su invierno más difícil, en el que todos sus problemas le llevaron a tener ansiedad y eso desembocó en otros problemas como desorden alimenticio y pérdida de peso, cuando la alimentación siempre había sido un eje clave de su preparación para ser el mejor del mundo.
"En 2021 he tocado fondo", resumía en una de sus recientes apariciones en público previas al arranque del Mundial. "He pasado un invierno difícil, uno más. Pasé ya lo del brazo y cuando ya salía de lo del brazo caí en lo de la vista. La intriga te crea ansiedad, la ansiedad te crea perder peso, te crea agotamiento...", explicaba.
Empezó el 2022 y él empezó a remontar. El alivio fue saber que la diplopía estaba esfumándose sin necesidad de pasar por el quirófano. El Dr. Bernardo Sánchez Dalmau, quien le operó en 2011 de ese problema, le dio enero la gran noticia sobre su mejoría y que no haría falta pasar por una intervención en la que asumen muchos riesgos con cada paciente. Márquez podía volver a ser Márquez y empezaba su proceso de preparación.
Cuando ves que todo está volviendo a la norrmalidad, eso te crea salud mental
"Cuando empiezas a ver bien, a entrenar, a ir en moto y estás en pretemporada ves que no estás listo pero que todo está volviendo a la normalidad y eso te crea salud mental, una relajación mental que es lo más importante", analizaba recordando el punto de inflexión que supuso imponerse a la diplopía.
El médico de Nadal
El chip de Márquez cambió con aquella noticia y entonces tomó otra importante decisión: salir de su casa de Cervera. El motivo era ponerse en manos del Dr. Ángel Ruíz Cotorro, por recomendación del Dr. Samuel Antuña, del Hospital Ruber Internacional de Madrid, quien le había acompañado durante su largo proceso de rehabilitación del brazo derecho.
Cotorro es el médico de la Federación Española de Tenis (RFET) y, más importante todavía, es el médico personal de Rafa Nadal. Con él y su equipo, Márquez pudo empezar a entender mejor su lesión y decidió mudarse a Madrid para, cuando no esté viajando por el mundo, ponerse en sus manos. Ahora vive a las afueras de la capital, cerca de la Clínica Mapfre de Medicina del Tenis.
El paso de Márquez es muy importante. Ha dejado su residencia en el sitio donde encontraba la paz para apostarlo todo por su recuperación. Además de pasar revisión con el doctor Cotorro, en la clínica cuenta con un grupo de trabajadores que incluyen fisioterapeutas y preparadores físicos para superar sus problemas. El objetivo es salir de ese punto de estancamiento en el que se sentía a final de la pasada temporada por sus dolores y la pérdida de fuerza.
Una nueva máquina
El nuevo comienzo de Marc ha venido acompañado de un salto de la Honda. Esta va mejor y está preparada para volver a ganar, cosa que estuvo mucho tiempo sin hacer en mitad del calvario de su piloto ganador. La máquina es otra y Márquez parece estar adaptándose a ella realmente bien.
En los test de pretemporada de Malasia e Indonia ya se pudo ver. Márquez fue creciendo en sus tiempos a gran ritmo, cogiendo el suyo propio tras la inactividad, mientras su compañero Pol Espargaró demostraba que la Honda podía estar arriba junto a las Yamaha y las Ducati. En los primeros libres de Catar ya ha dado un aviso sin ser el mejor, pero promete guerra para la clasificación de este sábado y la carrera del domingo. El Mundial no ha hecho más que empezar y Marc ya aspira a todo.
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