Para Marc Márquez, volver a subirse al podio en un Gran Premio de MotoGP era especial. No lo hacía desde Australia 2022 (16 de octubre), hace ya casi un año, y tras una temporada muy decepcionante con Repsol Honda lo logró, precisamente, en la casa de la marca nipona: en el circuito de Motegi, del GP de Japón.
El piloto de Cervera logró un tercer puesto que plasmaba con sus dedos tras la carrera. Desde 2020 solo había conseguido otros cinco podios (tres primeros y dos segundos). No era tercero en una carrera del Mundial desde 2018 (GP de República Checa). Por todo esto, Márquez reconocía que el resultado "sabe a aire fresco y es oxígeno por la temporada que estamos teniendo".
Los problemas de la estructura Repsol Honda están muy presentes y, aunque el equipo trata de reponerse de los pasos hacia atrás dados estos años, su camino y el de Márquez están a punto de separarse. El piloto sigue dejando la duda en el aire, pero este podio ("romántico", como él mismo describió) y una pista -casi definitiva- dada desde Ducati ponen sobre un alambre la relación Honda-Márquez que se ha extendido por más de una década.
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"Hay noches sin dormir, noches de pensarlo mucho y trato de apartarlo de mi cabeza y estar centrado, porque pilotar una MotoGP no es fácil. Esto es un cuento romántico, tenía que llegar el primer podio del año en casa de Honda, con los jefes. Veremos qué pasa, pero una cosa no quita la otra. Mi compromiso con la marca ha sido y será siempre al cien por cien", decía Márquez ante los micrófonos de DAZN tras la carrera.
El podio no cambia nada en su futuro, del que no suelta prenda: "Aunque la gente se cree que disfruto, no estoy disfrutando", dice. "No. Tengo las ideas muy claras. Lo tengo todo bastante bien estructurado y no influye para nada [...] Esta situación no es agradable para ningún piloto y soy el primero que quiere tener las ideas completamente claras, claras las tengo, pero decididas, lo más pronto posible. Ojalá se pueda hacer pronto", insistió.
En el paddock, el futuro de Márquez es la comidilla para todo el mundo. Incluso para sus compañeros, el resto de pilotos. Pecco Bagnaia, campeón del Mundial 2022 y líder del actual con solo tres puntos de ventaja sobre el español Jorge Martín, vacilaba tras la carrera en Motegi a Marc: "¿Bye bye Honda?", le decía ante la prensa. "¿Por qué lo dices?", replicaba el catalán.
Dall'Igna se va de la lengua
Pero la pista definitiva, el 'spoiler, sobre el futuro de Márquez no iba a salir de su boca. Será de la de Gigi Dall'Igna, jefe técnico de Ducati, que en la televisión italiana (premeditadamente o no) revelaba los planes de Marc para la próxima temporada: "Ha decidido dejar Honda para montarse en una Ducati no oficial [Gresini], y algo así lo único que puede hacer es alegrarnos. Eso es lo que he oído, aunque sé que no hay nada oficial todavía", decía.
Lo que está claro es que, a seis carreras de acabar el Mundial, el culebrón está cerca de terminar. Puede que en la próxima cita, en Indonesia, llegue la conclusión. El escenario es la casa de algunos de los patrocinadores de Gresini, por lo que, si Dall'Igna está en lo cierto y Marc pone rumbo al equipo satélite de Ducati, el anuncio puede estar a la vuelta de la esquina.