A los 16 años, subir a un tapiz de gimnasia, mirar a la barra de equilibrios y hacer un ejercicio sobre ella casi perfecto es algo que pocas chicas pueden hacer. Si encima tienes una pierna amputada por encima de la rodilla y has pasado por dos cánceres en menos de cuatro años, probablemente las personas capaces de hacerlo se cuenten con los dedos de una mano. Hacerlo, disfrutarlo y poner a todo un pabellón en pie lo acaba de hacer hace menos de una semana Kate Foster, una joven de Rockford (Illinois, EEUU). Su vídeo haciendo piruetas sobre la barra, luciendo orgullosa su maillot y su pierna ortopédica está dando la vuelta al mundo.
La relación de Kate con el deporte viene de lejos, de mucho antes de que un cáncer con un tratamiento lleno de complicaciones a punto estuviera de acabar con su vida. Comenzó a practicar crossfit cuando sólo tenía siete años, casi al mismo tiempo que empezó a practicar gimnasia artística y a llevar la típica vida de una típica preadolescente en un típico pueblo estadounidense. Hasta que un cansancio que no se curaba con nada cuando solo tenía 10 años la llevó a hacerse unas pruebas médicas. Entonces todo en su vida se volvió atípico. Hasta hoy.
Kate fue diagnosticada con una leucemia mieloide aguda el 20 de mayo de 2011 y los médicos decidieron someterla a un tratamiento de quimioterapia, así como a un trasplante de médula ósea. Diez días después de empezar el agresivo tratamiento, la pequeña de 10 años estuvo a punto de perder la vida debido a una gangrena, que obligó a que los médicos y los padres tomaran una drástica decisión: una amputación por encima de la rodilla en la pierna izquierda. Era la mejor manera de garantizar que el tratamiento tendría éxito.
Lejos de desanimarse, Kate centró sus esfuerzos en recuperarse y prepararse para llevar una prótesis que le permitiría volver al gimnasio. Y lo hizo apenas dos meses después de la amputación.
Poco después, su tenacidad la llevó a los Crossfit Games, donde con sólo 13 años fue sin duda la estrella. “El hecho de tener un cuerpo tan fuerte, acostumbrado desde pequeña a la gimnasta y el crossfit, me ayudó a recuperarme mucho más rápido. De hecho, los médicos decían que de no haber sido así, podría haber muerto entonces”, explica Kate en un vídeo que colgó la propia organización de los Crossfit Games en internet. Hoy, su ejemplo es utilizado por el hospital que la trató y por diversos centros deportivos estadounidenses como motivación para otros jóvenes que pasan por calvarios similares.
Con ese espíritu, Kate decidió participar, a principios de este mes de enero, en la competición de gimnasia Bravo Classic 2016, que reúne a los mejores gimnastas jóvenes del estado. “Me gustan los retos. Especialmente cuando alguien dice que hay algo que no puedo hacer”, asegura la jovencísima gimnasta en sus vídeos.
Dicho y hecho. Le dijeron que no podría y allí estaba ella, poniendo al pabellón en pie tras terminar brillantemente una exigente rutina en la barra de equilibrios, con mortal incluido. Manteniéndose sobre su pierna derecha, fuerte y sana, y sobre la izquierda, artificial.
¿Y ahora? ¿Cuál es el siguiente reto? Kate, que entrena 20 horas semanales, sigue disfrutando de la gimnasia pese a que sabe que su deporte no está incluido en el programa paralímpico. “Es de los pocos deportes que no tiene versión adaptada. Del programa olímpico, tan sólo la gimnasia artística y el balonmano no lo tienen”, explica el responsable de comunicación del Comité Paralímpico Español, que explica también que sí hay algunos deportistas con discapacidad intelectual que hacen gimnasia rítmica, pero que la gimnasia artística no tiene práctica “profesionalizada” ni en España ni en otros países.
“Yo lo que quiero es ser médico”, dice Kate decidida. “Antes de que pasará por esto no lo sabía, pero ahora lo tengo clarísimo”. Y cuando a esta chica se le mete algo en la cabeza, las posibilidades de que lo cumpla son elevadísimas. Mientras, seguirá compitiendo en gimnasia y crossfit, y levantando pabellones allí donde compite.