Miguel de la Quadra-Salcedo, fallecido este viernes en Madrid a la edad de 84 años, fue entre sus múltiples facetas de aventurero y deportista un atleta de alto nivel que destacó en todos los lanzamientos y en 1956 llegó a batir el récord mundial de jabalina, aunque nunca fue homologado.

jabalina al estilo español (1956)





Lo había logrado "a la española", con una técnica giratoria hasta entonces nunca vista, similar a la del lanzamiento de disco, que consistía en sustituir la carrera de aproximación a la línea por un movimiento rotatorio sobre sí mismo antes de soltar el instrumento a la manera de un discóbolo, aprovechando la fuerza centrífuga para alcanzar largas distancias.





La introducción del nuevo estilo abrigaba el ambicioso objetivo de ganar honores y medallas en los Juegos Olímpicos de Melbourbe'56, pero una presentación prematura de la técnica dio al traste con el sueño olímpico, porque obligó a la Federación Internacional a cambiar las normas.





El 12 de octubre de 1956, mes y medio antes de los Juegos, De la Quadra-Salcedo participó en un encuentro Francia-España en el estadio Jean Bouin de París.





Provisto de cubo, jabón y esponja, el atleta madrileño enjabonó a conciencia la jabalina, se instaló junto a la línea que delimita la zona de lanzamiento y, en lugar de correr con el dardo en ristre, giró sobre sí mismo para deslizar el artefacto sobre su brazo derecho: 83,43 metros, a sólo 23 centímetros del récord mundial del polaco Janusz Sidlo.





Los medios de comunicación se hicieron eco de lo ocurrido y la técnica fue utilizada por atletas de otras partes del mundo. El campeón noruego Egil Danielsen lanzó 93,70 metros, el alemán Leopold Mayer 88,30, el finlandés Raimo Mikkila 86,70, todos por encima del récord mundial de Sidlo.





El estilo "jabonoso" produjo algunos heridos, según la prensa de la época. El 7 de noviembre de 1956 el diario alemán Der Spiegel reportaba que jabalinas lanzadas al estilo español habían herido ya a espectadores y periodistas.





La Federación Internacional de Atletismo nunca homologó aquella plusmarca. Alegando el peligro que para el público suponía la nueva técnica, modificó tres veces el reglamento a fin de que no prosperase el invento.





Desde entonces, el reglamento dispuso que. durante toda la secuencia del lanzamiento. la jabalina no podría estar en ningún momento orientada hacia el público, por razones de seguridad. La regla 58, párrafo 5, especificaba que el lanzamiento de la jabalina no podía efectuarse de forma rotatoria.





Mediada la década de los años 50, De la Quadra-Salcedo, con la ayuda del palankari (lanzador de barra vasca) Félix Erausquin, había adaptado esta técnica al lanzamiento de jabalina y en 1956 batió por 20 metros el récord mundial cuando la plusmarca rondaba los 80.





De la Quadra siempre se consideró víctima de una injusticia, por entender que nunca antes se había modificado el reglamento para anular una marca con carácter retroactivo.





Como atleta perteneció al club Real Madrid y consiguió nueve títulos de campeón de España, siempre en lanzamientos: seis en disco, dos en peso y uno en martillo.





Cuatro años después de su récord mundial "fantasma", De la Quadra participó en los Juegos Olímpicos de Roma'60 después de haberse imbuido del espíritu olímpico viajando a la antigua Olimpia.





Fiel a su irreductible vocación aventurera, viajó a Roma a bordo de una vespa desde Pamplona, la ciudad en la que vivió desde los cuatro años, después de haber nacido en Madrid.





En Roma fue requerido por los medios de comunicación de todo el mundo. La polémica suscitada por el revolucionario estilo de lanzamiento de jabalina le había proporcionado una gran popularidad y en la capital italiana ofreció múltiples exhibiciones de la nueva técnica.





Cuando dejó el atletismo, De la Quadra había batido 14 récords nacionales en lanzamiento de peso, disco y martillo.

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