El primer título mundial de Mario Mola pasará a la historia por una imagen en la que el triatleta español ni aparece: los hermanos Brownlee entrando en la meta abrazados para intentar que Jonathan se alzase como campeón.
Ocurrió en la última prueba de la temporada, celebrada en Cozumel, México. Las posibilidades de Jonathan Brownlee de ganar el campeonato pasaban por ganar la carrera y que Mario Mola no entrase en el podio. Por eso, desde el inicio trató de marcar diferencias con el español.
Tras los tramos a nado y en bicicleta, los hermanos Brownlee se situaron en cabeza de carrera y Mola, que llegó a marchar decimosegundo, remontó posiciones hasta la quinta plaza. El resultado era suficiente para que Jonathan Brownlee se coronase. Sin embargo, tras varios cientos de metros tambaleándose, el británico se frenó en seco a unos 500 metros de la meta.
Aparentemente, Jonathan sufrió un golpe de calor que estuvo a punto de mandarlo al suelo. Rápidamente, su hermano Alistair, que marchaba segundo unos metros por detrás, fue en su auxilio.
Agarrado del hombro de su hermano, Jonathan recorrió los últimos metros que lo separaban de la meta con muchas dificultades. Tantas, que el tercer clasificado, el sudafricano Henri Schoeman, pasó a ambos y ganó la prueba.
Alistair llevó a su hermano hasta la línea de meta, donde dejó que Jonathan pasase antes que él para ser segundo en la carrera. Exhausto, se derrumbó en el suelo nada más cruzarla. Pero no había sido suficiente: el quinto puesto de Mola le aseguraba el título mundial al español... Un éxito que tenía por perdido 500 metros atrás.