Cómo lanzarse al mundo del triatlón
¿Qué necesita una persona, sin importar la edad, para embarcarse en esta nueva aventura deportiva?
14 diciembre, 2016 12:48Noticias relacionadas
Una vez demostrado que en España existe una extendida fiebre por el triatlón, ahora es necesario explicar qué hace falta para practicar este deporte. ¿Qué necesita una persona, sin importar la edad, para embarcarse en esta nueva aventura deportiva? Principalmente: motivaciones renovadas, espíritu de superación, querer progresar tanto a nivel físico como personal y, en definitiva, ganas de disfrutar. Es ahí donde empresas como el Santander juegan un papel importante apoyando este deporte para que sea accesible a cualquier persona.
¿Y a nivel de material? Con un bañador, una bicicleta –que te la puede prestar algún conocido– y unas zapatillas, estamos listos. Pero también es importante el apoyo de un grupo de entrenamiento y un entrenador que sea capaz de guiar tus primeros pasos. Una vez reunidas estas condiciones, solo falta atreverse.
Accesible para todo el mundo
A Lola González siempre le han entusiasmado las carreras de larga distancia. Pero cuando estaba preparando su primera maratón, se lesionó. Los médicos le recomendaron otro tipo de actividad física menos lesiva, y en el triatlón descubrió el reto necesario para colmar sus motivaciones deportivas: disfrutar con el entrenamiento y esforzarse para ser un poquito mejor cada día.
“Hace dos meses no podía nadar ni un kilómetro seguido y ahora noto un montón el progreso”, dice Lola, de 31 años, y que todavía no ha debutado en una prueba oficial. Buena parte de su mejora ha sido labor de Verónica Pardal, entrenadora y presidenta del Triton del Pardo, un club fundado en 2009 y apto para valientes de todas las edades. El único requisito imprescindible es la voluntad y disposición de superarse a uno mismo.
“Cualquier persona puede practicar triatlón”, comenta Verónica. Lola, su discípula, añade: “Haciendo un pequeño esfuerzo económico para conseguir el material, todo el mundo puede llegar a practicarlo”. Es un deporte accesible a cualquier nivel y en el que se pueden encontrar nuevas motivaciones ausentes en otras disciplinas.
A Verónica, como entrenadora, le preguntamos cómo sería, a grandes rasgos, un plan de entrenamiento para alguien que quiera lanzarse al mundo del triatlón: “Para preparar un super sprint, la distancia más corta (300 metros nadando, 8 kilómetros bici y 2,5 de carrera), con una sesión de bicicleta, una o dos de carrera de media hora por semana y luego la natación en función del nivel, porque el medio acuático da un poco más de susto, más reparo; sería suficiente”. Eso sí, también señala que “cuanto más preparado vayas, más disfrutarás de tu deporte”.
Con unos pocos meses de entrenamiento, Lola González ha registrado una mejoría importante tanto a nivel físico como de bienestar personal. “Eso es lo más importante, la sensación que te queda después de haber entrenado, saber que lo has hecho lo mejor que has podido y ver los progresos”, afirma.
Su guía en esta aventura, Verónica Pardal, sentencia: “El triatlón es la mejora de tu propia marca, es un deporte individual, pero se puede transformar también en un deporte grupal ayudando a compañeros, jugando y compitiendo con ellos. (…) La gente tiene que buscar un grupo afín, que le apoye, y un entrenador acorde a sus ideales”.
Un deporte sin barreras
Luis Miguel González es otro de esos runners que ha hallado en el triatlón un nuevo comienzo, pero él por una razón diferente. Cuando sus piernas ya habían completado ocho maratones y empezaba a probar esa nueva disciplina, tuvo un accidente de moto. Ahora, una lesión de plexo le provoca un dolor crónico en el brazo derecho, así como una parálisis en el diafragma y en la propia extremidad superior. “Alternaba las operaciones [10 en tres años] con el triatlón. Para mí lo ha sido todo. Practicar este deporte tantas horas es una liberación del dolor”.
Hace gala de un espíritu de superación encomiable y el pelear diariamente por unos objetivos le ha permitido recorrer un camino de constante progreso. “Desde el accidente empecé corriendo a 7 minutos el kilómetro y ahora soy capaz de correr a 5’. Con mi limitación y mi discapacidad es muchísimo. En la natación y en la bici también he mejorado”, reconoce Luis Miguel. Lleva varios años enrolado en las filas del Triatlón Universitario de Madrid, un club formado por cerca de 150 deportistas de todas las categorías y cuya sede de entrenamiento se encuentra en el IES Virgen de La Paloma, por la zona de Francos Rodríguez. E incluso ha llegado a participar en cuatro competiciones internacionales.
“Si algo tiene el deporte adaptado es que te da la oportunidad de competir a nivel élite, sentirte élite, porque estás compartiendo box con gente que va a ir a una paralimpiada”, dice Luis Miguel, que también resalta la gran salud del paratriatlón en España: “Depende directamente de la FETRI y tiene muchísima más ayuda y visibilidad que otros deportes. Tenemos una enorme cantidad de pruebas para disfrutar”.
A los 47 años, Luis Miguel González acaba de ser padre por tercera vez, una nueva empresa para alguien que nunca ha querido ponerse techo: “Recuerdo al principio que cuando me tiraba a la piscina y me veían nadar con un solo brazo, me decían: «¡Cómo vas a hacer un triatlón!». Se trata de ir poco a poco. No hay ninguna barrera, puedes practicar triatlón con cualquier tipo de discapacidad”.