Poco o nada tienen que ver los deportes de fuerza entre sí. Quienes compiten en El Hombre más Fuerte del Mundo probablemente trabajan grupos musculares muy diferentes a quienes practican la halterofilia. Y la técnica de esta última no tiene casi nada en común con el Powerlifting. Esta última es una modalidad que poco a poco gana adeptos en los gimnasios y que tiene en el estadounidense Jerry Pritchett a su máximo exponente, pues el pasado fin de semana se convirtió en el recordman mundial al levantar ¡¡¡468 kilos de peso muerto!!!
Con una serenidad propia de quien conoce su destino el atleta de Arizona se convirtió en el gran protagonista del The Arnold Sports Festival, una fiesta para culturistas, boxeadores, levantadores de peso en sus múltiples variedades e incluso gimnastas y ajedrecistas cuyo origen se remonta a 1989, cuando Arnold Schwarzenegger creó el Arnold Classic. Un concurso que centró todas sus miradas en él cuando enfrentó el mayor desafío de su carrera profesional, aunque Pritchett ya sabía lo que era la gloria al conquistar en 2008 la segunda posición por el título de hombre más fuerte del mundo en su primera participación.
Aunque el hombre más fuerte del mundo es totalmente diferente al Powerlifting. También conocido como "levantamiento de potencia", se trata de una modalidad en donde la técnica y la conexión entre fuerza y velocidad no son tan importantes como en la halterofilia. No, aquí lo importante es la fuerza. De hecho, cualquiera de sus modalidades implica el trabajo de los grandes grupos musculares lo que lo convierte en una disciplina muy completa nivel muscular.
De momento está reconocido por el Comité Olímpico Internacional pero aún le queda un largo camino por recorrer para convertirse en deportes olímpico, aunque si llega a los Juegos de 2024 muy probablemente Jerry Pritchett seguirá siendo uno de los grandes favoritos al título.