Camino del trabajo, de la piscina o del gimnasio. Cuando acudes a hacer la compra, a visitar a la abuela o al bar de la esquina. Siempre hay gente corriendo, metida en un campo de fútbol o montando en bicicleta. En mayor medida, preparando la carrera del fin de semana o, los más atrevidos, una maratón. O, quizás, simplemente, paseando. Da igual. Todos, a pesar de que realizan una actividad física saludable, están expuestos a un peligro común: en España se producen 24.000 paradas cardíacas al año, con una supervivencia del 5%. Y 120 de estas personas mueren mientras realizan deporte (amateur o profesional). Pues bien, “tres de cada cuatro paros cardíacos se podrían evitar con los medios adecuados”, reconoce Chema Martínez, que ha impulsado una petición a través de change.org en la que propone una Ley Nacional de cardioprotección en espacios públicos.
Su proposición de ley se sustenta en tres puntos fundamentales: mejorar el acceso a desfibriladores en espacios públicos (persigue que haya uno a menos de cinco minutos), la despenalización expresa de su uso (es decir, que cualquiera pueda utilizarlo) y enseñar en los colegios cómo se hace una RCP (reanimación cardiopulmonar) y el funcionamiento de un desfibrilador. “De esa forma se podrían salvar muchas vidas”, reconoce el atleta.
Pero bien, ¿por qué es necesario que haya un desfibrilador cada cinco minutos? “Si no lo tienes en ese tiempo, a los 10 minutos se producen daños irreversibles en el cuerpo”, explica Chema Martínez. Por ese motivo, él pide que desde las administraciones se despenalice su uso: “Podría ocurrir que alguien que no tiene formación, si lo utiliza, reciba alguna pena”, aclara. Y, al mismo tiempo, insiste: “Pedimos que se incorpore esa formación desde que los niños son pequeños, que tenga cabida en la formación y ellos sean conscientes de que a su alrededor puede haber un problema cardíaco y que sepan responder”.
Hasta el momento, Chema Martínez no ha recibido respuesta alguna desde el mundo de la política: “Ningún partido se ha puesto en contacto conmigo para una propuesta que creo que es razonable”. Sin embargo, a través de las redes sociales, con el hashtag #enmenosde10, Chema Martínez está tratando de impulsar esta iniciativa que ya han firmado casi 5.000 personas en change.org. No obstante, para que una propuesta de ley sea tramitada en el Congreso son necesarias 500.000 firmas. Es decir, todavía le queda mucho camino.
OTRAS FORMAS DE PREVENIR UN PARO CARDÍACO
Mientras tanto, Chema Martínez tiene claro el método más eficaz para evitar las muertes por paro cardíaco antes de que se produzcan (o antes de que existan esos desfibriladores en los espacios públicos). El atleta distingue entre dos grupos. El primero es el de aquellos que realizan una carrera de cinco kilómetros o 10, los que practican “deporte-salud”. “Con esos no pasa nada”, aclara. Otra cosa son los que quieren acometer un esfuerzo de larga distancia: “Igual que vamos al médico para ver cómo está nuestro cuerpo, también es conveniente que alguien que vaya a hacer una media o una maratón se haga un electrocardiograma o una prueba de esfuerzo. Y, sobre todo, hay que ser coherentes con nuestro estado de forma y someternos a pruebas realizables en función de nuestro estado de salud”.
Para esas determinadas pruebas de larga duración, Chema Martínez está de acuerdo en que sería recomendable tener un certificado médico: “No sólo para celebrar la prueba, sino para que tú sepas que puedes realizarla. En otros países sí se hace. En mi caso, las organizaciones me exigen un certificado en el que ponga que estoy preparado, por ejemplo, para realizar las 100 millas del 14 de julio”. En eso está de acuerdo con la Sociedad Española de Medicina del Deporte. Con el que no lo está es con su presidente, Pedro Manonelles, que reconoció que “se estaban enterrando corredores todas las semanas”. “Creo que es una exageración, no hay tantos casos”, confirma el atleta. Y sentencia, como recomendación común: “Lo que no se puede es correr maratones de un día para otro. Hay que ir implantando hábitos deportivos para sentirnos bien y aumentar nuestra esperanza de vida, como dicen muchos estudios”.