Aunque no lo crean, no todo está inventado en este mundo. Tampoco en el deporte. Todavía quedan mentes pensantes, gente en continuo aprendizaje, personas a las que se le ocurre una vuelta de tuerca a lo que ya existe. Hasta ahora, los deportes que iban apareciendo, si es que se creaba algo, eran una mezcla de otros. Contra eso se rebeló Norberto Domínguez, un joven malagueño, profesor de Educación Física, que ideó un deporte desde la más mágica de las casualidades.

Y un deporte, además, que mezcla los valores de la actual sociedad con la cultura popular de Málaga (donde nació). El baloncodo, así se llama esta nueva práctica, es un deporte social, educativo, paritario e inclusivo, que premia al colectivo y va contra el individualismo, con normas en las que se fomenta la igualdad en la participación y con la obligación de ser mixto. Además, todo gira en torno a la cultura malagueña, añadiéndole un punto de orgullo de la tierra.

"Yo estaba haciendo mi tesis doctoral (finales de 2015) y en una de las sesiones en las que estaba recogiendo información, una actividad que consistía en pasarse una pelota de fitness lateralmente en forma de hilera, de repente, uno de los niños dirigió el esférico hacia mi posición y yo contesté al balón de forma intuitiva con un golpe de codo cuando estaba de pie y con los brazos en jarra. Al hacer esto, el niño me dijo que parecía un cenachero", explica Norberto, creador del deporte que después llamó baloncodo y que nació de esa forma tan espontánea.

El cenachero es una figura muy conocida y querida de Málaga que representa a un pescador que antiguamente paseaba por las calles y que, para portar grandes cantidades de pescado durante muchas horas, se ponía dos cenachos (dos cestas de esparto) cargados de pescado a la altura de los codos para que el camino fuera lo más productivo posible.

Baloncodo

¿Qué es el baloncodo?

A este deporte todavía desconocido, y que surge del pensamiento de su creador, se juega con dos equipos de cuatro jugadores cada uno (aunque también se ha creado su versión 2x2, cada vez más extendida), los cuales tienen que estar integrados obligatoriamente por dos chicos y dos chicas (chico y chica en el caso del 2x2). Se disputa sobre una cancha de baloncesto, utilizando también sus líneas, y ambos equipos están separados por una raya que los divide. Ninguno puede invadir el campo contrario en ningún momento del juego, que dura 12 minutos ininterrumpidos por parte. No se para el reloj.

Para jugar se utiliza una pelota de 55 centímetros, de las que se suelen utilizar para hacer fitness. Cuando un equipo saca para iniciar la jugada, tres personas sujetan el esférico mientras que la cuarta persona lo golpea con el vértice del codo formando un ángulo de 90 grados, completando la mencionada figura del cenachero. Siempre al principio de cada partido existe un orden preestablecido para evitar, reconoce Norberto, que "lance siempre el más bueno o el más espabilado". Lanzan chico-chica-chico-chica, turnándose en cada posición a lo largo del partido. Todos hacen de todo.

"El hecho de lanzar con las manos pegadas a la cintura hace que permita equiparar las habilidades de aquellos que tengan esas destrezas más desarrolladas con aquellos que no la tienen tanto. Es establecer una balanza", explica su fundador, que ha querido en todo momento que no hubiera ningún tipo de discriminación. “Desde el principio teníamos claro que niños y niñas se debían sentir importantes a la vez. De todos los deportes que he practicado, que he enseñado y que he visto, es el en el que he visto a las niñas más motivadas e implicadas en colaboración con los niños. Y viceversa”, comenta.

Uno de los momentos del juego en el baloncodo. José Prieto

Otros deportes fomentan el individualismo y destacan aquellos que hacen una determinada cosa mejor. Con el baloncodo hemos conseguido que, por un lado, los cuatro integrantes del equipo estén permanentemente hablando y, por otro, tengan todos un protagonismo repartido. Aquí buscamos que todos se sientan con la misma satisfacción”, añade.

¿Y quién gana?

En el baloncodo vence el que más "sur" consigue. Un sur es un punto, y se logra, ese es el objetivo de este deporte, al conseguir que la pelota bote por tercera vez dentro de la zona del equipo contrario. Si bota fuera (por tercera vez), punto para el equipo contrario. Si bota en tu propio campo (también por tercera vez), punto para el conjunto rival.

Además, para dar más emoción al juego, hay premio (cuatro puntos) si se logra que el tercer bote se produzca en el área de triple, en el baloncodo llamado biznaga, en homenaje a esta flor malagueña cuya silueta se parece a esa zona del campo.

El equipo contrario tiene que coger la pelota antes de que bote por tercera vez en su campo. Si lo hace, evita que su rival puntúe. El juego se sigue desde ese punto y el conjunto rival se coloca en la biznaga. Al no haber parones en el tiempo, el movimiento es continuo, con rapidez, dando dinamismo al juego.

El baloncodo parece un deporte de niños, pero todo lo contrario. “Cuando fuimos a visitar a los alumnos de magisterio de la Universidad, la mayoría estaban perplejos, dudaban de que esto pudiera ser divertido y entretenido. Pero lo curioso es que son los mayores los que más se están enganchando. Los adultos buscan más los cuatro puntos, las esquinas, tiran más fuerte…”. En el baloncodo no hay edad máxima y tampoco mínima, aunque se sitúa en seis años la edad recomendable para practicarlo. “Hay que fomentar la actividad física en todas las edades”.

Los adultos también se han enganchado al baloncodo. Luis Jurado

El baloncodo, explica Norberto, también está sirviendo “como un conejillo de indias” en la utilización de las redes sociales como forma de construir y dar a conocer un proyecto y como movimiento internacional. Fue en un simposio en Costa Rica donde se presentó la idea y a partir de ahí empezaron a recibir correos y mensajes de profesores de Educación Física. “Fue cuando me dije que esto estaba creando curiosidad”, recuerda Norberto. “Vi la posibilidad de hacer una cosa que salía de mi tesis en algo más visible, más palpable para el resto del mundo. Sin las redes sociales hubiera sido imposible llegar a donde hemos llegado”.

Es un deporte muy diferente a todo lo visto. Hay deportes que mezclan el fútbol con otra cosa. Este es un gesto deportivo nuevo”, comenta Norberto, que sigue trabajando por dar a conocer su creación. “Estamos contentos de que cada vez resulte menos raro. Hay que explicar muy bien todo”, añade. A pesar de su poca relevancia, han logrado ya que el Ayuntamiento de Málaga lo nombrara deporte institucional, meterlo en la Liga Universitaria de la capital de la Costa del Sol y hasta una felicitación por parte de la Casa Real. Este verano también se está practicando el baloncodo playa, una nueva disciplina que está gustando mucho. Se presentará oficialmente el 1 de agosto.

"Un deporte muy barato"

Eso sí, todavía queda mucho. “Nuestra intención es, de aquí a un año, organizar el primer campeonato de España de Baloncodo y el sueño a largo plazo es que pueda ser deporte de exhibición dentro de unos Juegos Olímpicos”, asegura su creador, cuya filosofía es ambiciosa: “Si se puede imaginar es que se puede conseguir".

Una nueva versión: el baloncodo playa. Luis Jurado

Para ello, claro, se necesitan patrocinadores y un apoyo institucional y social mucho mayor, a pesar de que “este es un deporte muy barato. Solo se necesita una pelota y el alquiler de una cancha”. Hasta ahora, todo ha sido financiado al 100% por la "paciencia" de Norberto, que asegura no buscar ningún fin económico ni personal. “Cedo los derechos a quien haga falta. Para mi es una satisfacción ver como se va practicando y como la gente lo va conociendo”.

Actualmente, el baloncodo también se practica, en menor medida, en País Vasco, La Rioja, Aragón, Castilla La Mancha y otras partes de Andalucía. También en Latinoamérica. “Allí hay muchas asociaciones que se dedican a fomentar los deportes alternativos. Tenemos compañeros en México, Colombia, Argentina. Les llama la atención la curiosidad de esto. ¡Pero cómo le pueden dar con el codo! Después se dan cuenta de lo sencillo que es y de que incluso motiva más a los niños y niñas por ser un movimiento fácil”, añade Norberto.

Ojalá podamos encontrar alguna empresa o una institución que nos dé un poco de aliento y nos apoye. Que nos lea y que diga "hay que dar una oportunidad a esta gente”. Estoy convencido de que si alguien apuesta por nosotros esto se multiplicaría por 10”, asegura Norberto, que deja un reto: “Aseguro que cualquiera que practica baloncodo, se engancha”. Hagánle caso y pruébenlo.

Norberto Domínguez, creador del baloncodo, también ejerce de árbitro. José Prieto.