¿Anthony Joshua - Deontay Wilder en Twickenham el verano de 2018?
Mauricio Pochettino y su Tottenham se han convertido en un gran incoveniente para una pelea con 90.000 aficionados en Wembley.
11 noviembre, 2017 01:14Noticias relacionadas
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El boxeo mundial añora los viejos tiempos, los buenos tiempos de los pesos pesados. Se hace inimaginable encontrarse con otro Muhammad Ali o la aparición de un nuevo George Foreman. Incluso parecen gigantes boxeadores más cercanos en el tiempo como Lennox Lewis o el recientemente retirado Wladimir Klitschko. Las 16 cuerdas, huérfanas ya del verdadero Floyd Mayweather Jr o de Manny Pacquiao, necesitan un nuevo líder, un nuevo empujón hacia la supremacía que un día tuvieron y han perdido con el correr de los años. Por eso es tan importante Anthony Joshua. Por eso es fundamental su pelea con Deontay Wilder.
El primero -con permiso de Lewis Hamilton- es el nuevo niño mimado del deporte británico, la nueva superestrella del imperio y, hoy por hoy, el llamado a ocupar el gran vacío de los pesados en los últimos años. Además, su última victoria ante Carlos Takam en Cardiff le deja con un registro de 0 derrotas y 20 victorias, todas ellas por KO, lo que aún le eleva un poco más en los ránkings de los grandes pesos pesados. El segundo, el campeón del Consejo Mundial de Boxeo, el retador, es el hombre que le ha declarado "la guerra" a Joshua tras su reciente y aplastante triunfo frente a Bermane Stiverne en el Barclays Center de Brooklyn, Nueva York. "Quiero unificar (los cinturones). Te declaro la guerra. Esto no es una batalla. ¿Estás listo?", dijo prácticamente aún sobre el ring. Él, que encadena seis defensas consecutivas de su título mundial.
Un combate apto para hacer saltar la banca, para recuperar las grandes bolsas que sólo se han visto en las peleas de Mayweather y a las que los Golovkin, Canelo, Chocolatito o incluso Tyson Fury no pueden aspirar por muy grandes libra por libra que sean. Un combate que necesita promoción y espacio, sobre todo espacio, para dar salida a su potencial showtime. De ahí que la gran obsesión de Matchroom Space y su director, el promotor Eddy Hearn, sea conseguir el escenario más grandioso posible para un evento que necesita dar continuidad a la tendencia que Joshua comenzó en su pelea frente a Klitschko.
El espectáculo de aquella noche, con Joshua besando la lona en el sexto por primera vez en su carrera antes de tumbar al ucraniano por dos veces en el undécimo asalto, no sólo fue pugilístico. Ese 30 de abril, Wembley volvió a acoger a 90.000 personas para una velada de boxeo, una imagen que prácticamente sólo se recuerda en blanco y negro y que alimentó aún más si cabe la figura de Joshua. Ahora mismo él necesita tanto potenciar su imagen de marca como el boxeo de él para seguir en la recuperación de aficionados a nivel mundial.
Pochettino y su Tottenham, una piedra en el camino
Wembley vuelve a ser, obviamente, el escenario preferido. No tanto por romanticismo o superstición, sino por una mera cuestión numérica. De hecho, en una pelea cuyo acuerdo entre las partes se considera cuestión de tiempo, Hearn, en declaraciones a The Guardian, ni siquiera contempla la posibilidad de cruzar al otro del Atlántico: "Tenemos a un boxeador que está vendiendo 5.000 tickets en Brooklin -Wilder- y a otro que vende 70.000 en Gran Bretaña. Estamos ganando siete u ocho veces más dinero por pelea. Tiene que haber algo de sentido común".
Sin embargo, Hearn y la que podría ser la pelea del año en 2018 -"No tenemos problemas para la pelea, ya sea en primavera o verano"- se han encontrado con una piedra inesperada en el camino. Las obras de White Hart Lane -la construcción del nuevo estadio terminará en la temporada 2018-2019 con 61.000 asientos- han trasladado de forma temporal al Tottenham de Mauricio Pochettino al estadio del corazón de Inglaterra, sede de las selección inglesa de fútbol -y poco más-. Un gran impedimento en lo que se refiere a fechas con la Premier, la FA Cup o los partidos de Champions League y, sobre todo, a mantenimiento y conservación del propio terreno de juego. De ahí que Hearn y Joshua hayan vuelto la mirada hacia el otro gran estadio inglés: Twickenham.
"Básicamente queremos el estadio más grande posible y si Wembley no está disponible, el siguiente sería Twickenham. Así que es una opción bastante realista", insistió Hearn, consciente de que el estadio fetiche del XV de la Rosa es el segundo con mayor capacidad de Inglaterra -por encima de las 80.000 localidades- y la mejor alternativa para una pelea en la que, por otra parte, está totalmente convencido de que Wilder aceptará una parte menor de la bolsa considerando que Joshua es la gran figura. Claro, como todo en la vida, "el problema principal es si (Wilder y su equipo) quieren sentarse a negociar y luego el contenido de esas negociaciones".