Dicen que los grandes deportistas nunca tienen un techo definido. Y que todos ellos siempre quieren seguir superándose. Un ejemplo perfecto de ello podría ser Usain Bolt. El hombre más rápido de la historia, propicio a crear noticias, no ha querido dejar el deporte después de poner punto final a su etapa como velocista. 

Esta vez ha demostrado su buen tono físico en una competición un tanto peculiar. Pese a no haber acudido al espacio, el jamaicano pudo subirse a un avión capaz de simular gravedad cero, invitado por una marca de champán que ha conseguido crear una bebida que va a poder ser consumida fuera de la órbita terrestre. 

Una situación en la que no pudo dejar de hacer lo que mejor se le da, correr. Por ello, decidió que junto a dos contrincantes, disputaría una carrera para ver cual de los tres podía ser más rápido en esa curiosa condición. Pese a no salir bien, Bolt remontó y hasta se permitió el lujo de realizar una pirueta. Ya en el último tramo, con una gran diferencia respecto a sus rivales, bromeó chocándose la mano en el pecho -imitando una de sus famosas celebraciones-. 

El exatleta admitió sentirse como "un niño en un local de dulces" tras pasar alrededor de cuatro minutos dentro del avión. Además de correr, también se permitió el honor de jugar con una burbuja flotante de la bebida alcohólica, la cual atrapó rápidamente con la boca. 

Enfocado en el mundo del fútbol

De esta forma, esta nueva experiencia ha supuesto un momento de descanso a su empeño por convertirse en futbolista profesional. Hace pocas semanas debutó en un partido oficial en Australia, donde no dejó buenas sensaciones. Un disparo desde fuera del área y unos intentos de desmarques en profundidad fueron los únicos destellos del jamaicano. En total, realizó siete controles, un disparo y acertó en dos pases de cinco.

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