Nazaret Florián (Sevilla, 1989) es una jugadora profesional de voleibol y vóley playa. Es también la presidenta de la Asociación de Jugadores de Voleibol de España. Hasta la fecha ha ganado 14 pruebas de Campeonato de España de vóley playa: "Si tengo que elegir una, me quedo con la primera. Ha pasado tiempo ya y no había ganado ninguna. Fue una prueba ante una pareja muy fuerte".
Deportista profesional y homosexual, EL ESPAÑOL ha hablado con ella. Se describe como una chica apasionada del voleibol, un deporte que no le había llamado la atención cuando era pequeña: "Empecé a jugar con 15 años, pero antes de eso no me gustaba nada. Pero siempre he sido muy alta y en un equipo de mi pueblo había un entrenador que quería que probase. Decidí hacerlo y me encantó. Así empezó la relación".
Ella tiene claro que todo lo que es ahora es gracias sin duda al voleibol: "Ha marcado mi vida, me ha hecho cambiar. Mi vida hubiese sido distinta sin ello. Es una parte muy importante en mi trayectoria. Es una parte de mí, una de mis pasiones".
Nazaret tiene que combinar el ser deportista con ser presidenta. Ella lo vive así: "Tengo poco tiempo, tengo demasiadas cosas que hacer. La asociación es sin ánimo de lucro, hacemos todo por amor al voleibol. Le dedicamos el tiempo que podemos e intentamos ayudar lo máximo a nuestros jugadores".
La homosexualidad nunca ha sido un problema
Nazaret Florián no oculta su homosexualidad a nadie y nos comenta que no le ha ocurrido nada ni ha influenciado a la hora de hacer lo que más le gusta. "Nunca he tenido ningún problema por ser homosexual. Siempre lo he llevado muy abierto, tengo amigas que juegan al voleibol y amigas que no lo son y no ha pasado nunca nada. Eso sí, en este deporte el número de homosexuales es menor que en otros".
Nazaret ve que la homosexualidad es tratada de una forma diferente en el deporte femenino respecto al masculino: "Ocurre esto debido a lo que rodea al propio deporte. El deporte se ve como algo más para hombres, muy masculino. Si ya dentro de algún deporte se aplaude la masculinidad, que alguien diga que es homosexual, se vería peor".
"Es por el propio machismo que rodea al deporte. Se nota la diferencia entre el hombre y la mujer. En cualquiera, cuando juegan los hombres, se presupone que va a ser más vistoso y mejor, lo que hace que en muchos casos los partidos de hombres se jueguen en horas puntas y los de las mujeres no".
Hay un problema de educación, hay chicos que tienen miedo a confesar su homosexualidad ya que se les puede tachar de que no van fuerte
"En el deporte femenino está mejor visto la homosexualidad, hay mucha diferencia. Creo que hay un problema de educación. Hay chicos que tienen miedo ya que se les puede tachar de que no van fuerte, de que son unos 'mariquitas' jugando y de que se les valore negativamente en el trabajo. Por ejemplo, en el fútbol se enseñan unos valores que no son los correctos. Hay padres y entrenadores que exigen a sus alumnos enseñen ciertas cosas".
Nazaret cree que en el fútbol masculino hay mas homosexuales de lo que se dice. "La homosexualidad está un poco parada en el fútbol. Detrás de los futbolistas hay unos clubes que son empresas, controladas por gente que prefiere no decir ciertas cosas. Los patrocinadores afectan. No creo que todos los futbolistas sean heterosexuales. Pienso que estar dentro del armario viviendo una vida paralela no le gusta a nadie. Es una situación un poco insostenible".
Un ejemplo de integración en el voleibol amateur
G-Madrid Sports es una sección de voleibol en Madrid de LGTBI que compiten los fines de semana en la liga municipal de Madrid. Nazaret cree que es una idea muy buena, pero con sus matices: "Me parece perfecto que existan alternativas así. Aunque creo que hay un punto escabroso en este tema. ¿Es justo que una mujer características físicas de un hombre compita a nivel profesional?. Opino que hay superioridad. Eso sí, a nivel amateur me parece estupendo".
Muchas personas tienen miedo a expresar su homosexualidad, por lo que nadie debería obligar a que lo diga públicamente. Así los lo comenta Nazaret. "Cada persona debe hacer lo que le pida el cuerpo. Si una persona vive mas feliz y tranquila sin decir nada, no hay que forzarle. Cuando sales del armario, la vida es más fácil, aunque no hay que obligar a la gente hacer publico algo que no quiere decir".
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