Los deportes extremos no obtienen esa categoría por pura casualidad. Ponerlos en práctica supone una inyección de adrenalina que no se puede experimentar en otro tipo de deportes. Pero, en ocasiones, ocurre la inevitable desgracia. La última tragedia ha tenido lugar en Nazaré, Portugal, donde un alemán ha perdido la vida tras realizar un salto base fallido. Las imágenes grabadas puede herir la sensibilidad.

El hombre, de 50 años, intentó el salto junto a su monitor desde un acantilado en Praia do Norte, a unos 120 kilómetros de Lisboa. Fue entonces cuando, tras dejarse caer desde un acantilado de unos 100 metros de altura, el paracaídas falló y la víctima se estrelló contra el suelo.

El monitor que le acompañaba sí que consiguió abrir el paracaídas y aterrizar sin problema, pero al ver que su compañero había corrido peor suerte fue corriendo a socorrerlo, pero poco se pudo hacer por salvarle la vida. Las unidades de rescate que se desplazaron hasta el lugar solo pudieron confirmar su muerte.

[Más información: Del salto base al paracaidismo: los deportes en los que más probable es morir]

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