Primera derrota de España en el Mundial de Alemania y Dinamarca. Y llegó al quinto partido ante una selección croata que se mantuvo muy seria y firme durante todo el choque. El partido llegó con una tremenda igualdad al descanso demostrando ambos conjuntos que son dos de los grandes favoritos para alzarse con el Mundial. España empezó la segunda parte tres abajo tras hacer una mala primera mitad (10-13), pero en la segunda los de Jordi Ribera no pudieron remontar el partido y acabaron como segundos de grupo.
La selección española de balonmano se complicó el camino a las semifinales del Mundial de Alemania y Dinarmarca, tras caer este jueves por 19-23 ante Croacia, en un choque en el que España nunca encontró el camino para superar a la sólida defensa del conjunto.
Una derrota, la primera de los España en el torneo, que llevará a España a arrancar la segunda fase con dos puntos en su casillero, dos menos que Croacia y uno menos que Francia y Alemania, lo que deja a España casi sin margen de error si quiere volver a pelear por las medallas.
Aunque para ello deberá encontrar las armas que no encontró hoy para superar que se impuso en la batalla defensiva, en la que hoy convirtieron los dos equipos el encuentro.
Así si España arrancó el choque con un robo de balón, Croacia no tardó en responder cerrando al conjunto español todas las vías de comunicación con los extremos y el pivote.
Una circunstancia que obligó a los de Jordi Ribera a concluir sus ataques con forzados lanzamientos de media y larga distancia, que sólo sirvieron para entonar al portero croata Marin Sego, que ya contabilizaba cuatro paradas en poco más de siete minutos.
Intervenciones que llevaron al conjunto español de un esperanzador 3-1 inicial, a un preocupante 5-7 apenas superado el ecuador del primer tiempo.
Desventaja que obligó al preparador español a recurrir a la presencia de dos centrales con la entrada de Dani Sarmiento junto con Raúl Entrerríos para tratar de dotar de fluidez a la ofensiva del conjunto español.
Una fórmula que logró rescatar a la selección, que con los sorpresivos lanzamientos de Raúl Entrerríos y de Alex Dujshebaev reencontró el camino tanto en el juego como en el marcador, como evidenció el 7-7 que España puso en el tanteador.
Pero la partida de ajedrez en que por momentos se convirtió el duelo aguardaba una nueva jugada del técnico croata Lino Cervar, que viendo la reacción del conjunto español, apostó por plantear una defensa abierta 5-1.
Un cambio que no tardó en complicar de nuevo las cosas al ataque del equipo español, que no sólo se volvió a atascar, sino, y quizá lo más peligroso, comenzó a perder más y más balones que alimentaron el contraataque de los croatas.
Así, a la carrera, en un visto y no visto España pasó a verse con una desventaja de cinco tantos (7-12), que encendió todas las alarmas en el conjunto español.
Y es que España no sólo se diluía en ataque, sino que también comenzaba a flaquear en defensa, donde los balcánicos encontraron con una pasmosa facilidad al pivote Zeljko Musa, que anotó hasta en cinco ocasiones en el primer tiempo.
Pero cuando peor pintaban las cosas para el conjunto español, una exclusión, precisamente de Musa, permitió a los "Hispanos" tomar algo de aire con dos tantos de los extremos Ferrán Solé y Ángel Fernández, que permitieron a España reducir los daños (10-13) al llegar el descanso.
Una diferencia que la selección española apenas pudo reducir (14-16) en un arranque de la segunda mitad, en la que Lino Cervar y Jordi Ribera se enredaron en una sucesión de argucias tácticas con las que tratar de sorprender al rival.
Si el seleccionador croata apostaba, sin éxito, por un ataque siete contra seis, el preparador español le respondía con una a continuación con una profundísima defensa 5-1.
Batalla táctica que apenas tuvo trascendencia en el marcador, que cumplido el primer cuarto de hora de la segunda mitad seguía reflejando la misma diferencia de tres goles (16-19) con la que se llegó al descanso.
Y es que hoy más que un partido de entrenadores, era un partido de jugadores, de valientes dispuestos a revelarse contra la derrota, como el portero Gonzalo Pérez de Vargas que con dos paradas consecutivas que evitaron el desplome del conjunto español.
Pero desafortunadamente nadie acompañó al guardameta español, incapaces de encontrar los jugadores españoles una respuesta individual a las dificultades tácticas que tuvo para superar a la defensa croata.
España fue poco a poco enredándose en el lento ritmo que aplicó Croacia al partido para tratar de defender su ventaja, un "tran tran" que acabó siendo un problema para el propio conjunto balcánico que bajó tanto las pulsaciones a su juego que acabó por perder el hilo.
Hecho que permitió a la selección española entrar en los últimos tres minutos de juego con opciones reales (19-21) de igualar la contienda, una posibilidad que se cerró definitivamente con la exclusión con la que fue castigado Eduardo Gurbindo y que sentenció la derrota (19-23) del equipo español.