La selección danesa de balonmano rompió el maleficio que parecía perseguirle en los Mundiales al coronarse este domingo por primera vez en su historia campeón universal al imponerse por 22-31 ante la de Noruega en una final que dejaron prácticamente sentenciada al descanso.
Tal y como reflejaron los siete goles de ventaja (11-18) con los que el conjunto danés cerró un primer tiempo, en el que los de Nikolaj Jakobsen superaron por completo a Noruega gracias a su excelente trabajo defensivo.
Fue un partido donde fueron muy superiores los daneses. Su gran Mundial culminó con una victoria clara en la final. Dinamarca consiguió derrotar en la semifinal a Francia, la que era la actual campeona del mundo.
Francia se llevó el bronce
Un gol de Nikola Karabatic en el último segundo permitió a Francia colgarse la medalla de bronce en el Mundial de Alemania y Dinamarca, tras imponerse este domingo por 25-26 a Alemania en el partido por el tercer y cuarto puesto.
Karabatic, que hasta este partido no había podido brillar en el Mundial, lastrado por la operación a la que se sometió en un pie y que le ha mantenido los tres últimos meses de baja, se convirtió en el héroe del conjunto galo con su gol salvador.
Un tanto que culminó un trepidante último minuto y medio de juego al que Alemania, que cerró el primer tiempo con una renta de cuatro goles (13-9) entró con un tanto de desventaja (24-25) en el marcador.
Diferencia que los germanos lograron enjugar, gracias a un gol de penalti de Matthias Musche, que estableció el momentáneo 25-25 a falta de un minuto y diez segundos para la conclusión.
Tiempo suficiente para que Francia pudiese volver a tomar la delantera, máxime teniendo en cuenta que los de Didier Dinart contaban con un jugador más sobre la pista tras la exclusión del extremo Uwe Gensheimer.
Pero cuando todo parecía más favorable para los franceses surgió la figura del portero alemán Silvio Heinevetter, que detuvo el lanzamiento desde el extremo de Luc Abalo a diecisiete segundos para el final.
Un error que Alemania no sólo no supo aprovechar, tras ver como la defensa francesa interceptaba el pase de Musche al pivote, otorgando a Francia un último balón, que Nikola Karabatic ya sobre la bocina convirtió en el definitivo 25-26.
Gol que los "Experts" tuvieron que esperar unos segundos para poder celebrar, tras la decisión de los colegiados portugueses Santos y Fonseca de comprobar en el vídeo si el gol entró dentro del tiempo reglamentario o no.
Pero no había duda sobre la legalidad de un tanto que permitió a Francia, la ganadora de los dos últimos mundiales, mantenerse en el podio, eso sí, esta vez en el tercer escalón.