El boxeo es un deporte de contacto que, quien lo prueba, repite. O ese es el testimonio de muchos boxeadores que conciben este deporte como parte de su vida. Como muchos otros, tiene sus riesgos llegando incluso a poder causarte casi la muerte tal y como le ocurrió a Nick BlackWell.
Este boxeador británico nacido el 27 de octubre de 1990 se retiró del boxeo cuando tenía 26 años (actualmente tiene 28). "Nunca volveré a practicar este deporte, porque tuve esa lesión y ahora hay un mayor riesgo de que pueda recaer a ese estado", dijo el exboxeador.
Nick decidió abandonar un deporte que le había dado muchas alegrías, siendo parte de su vida, pero que también le pudo causar la muerte hasta en dos ocasiones. Lo dejó todo para un objetivo que cumplió el pasado 24 de marzo: la media maratón de Weston-Super-Mare.
La primera pelea con la que pudo decir adiós a la vida
Nick BlackWell sigue actualmente recuperándose de las consecuencias que le causó la pelea ante Eubank Jr el 26 de marzo de 2016, en la que perdió el título de peso medio nacional.
Sufrió una hemorragia cerebral, que le dejó al borde de la muerte. Aquella noche de marzo se vivieron momentos de auténtico pánico y tensión. Los golpes que recibió el británico le provocaron daños en la nariz y en uno de sus ojos, además de un tremendo hinchazón en su frente, lo que hicieron que tuviese que abandonar.
Rápidamente fue trasladado a un hospital de la zona donde permaneció siete días en coma inducido. Salió de ello, sobreviviendo una vez más, y anunció su retirada como profesional del boxeo. "Las personas que me salvaron la vida fueron el árbitro, el médico que me puso en coma y la gente del hospital".
La licencia de entrenador y la posibilidad de morir de nuevo
El episodio que pudo costarle la vida no influyó en una de sus grandes pasiones como era el boxeo y por eso, varios meses después, decidió sacarse la licencia de entrenador.
Un mes después de conseguirlo volvió al ring, pero para disputar una sesión de entrenamiento junto a Hasan Karkardi, algo que tenía prohibido ya que los médicos le habían dicho que no se volviese a subir a un cuadrilátero.
La decisión del británico pudo costarle de nuevo la vida ya que se volvió a quedar en coma. Esta vez tardó un mes en salir de ello, pero mucho más en recuperarse. Tuvieron que retirarle parte de su cráneo para reducir una inflamación de su cerebro.
"Morí en la ambulancia después de la pelea de Eubank y me devolvieron la vida. La segunda vez, cortaron una sección de mi cráneo para aliviar la hinchazón en mi cerebro. Lo colocaron dentro de mi estómago para mantenerlo vivo hasta que lo regresaron", contó después de pasar un mes en coma.
Aprender de nuevo a caminar, hablar y comer
Tras despertarse del segundo coma, el británico volvió a sobrevivir y a evitar una vez más una muerte que le persiguió hace unos meses: "Recuerdo que me desperté en el hospital y pensé que estaba soñando. No podía caminar correctamente. Estaba acostado en una cama al inicio. Tuve que aprender a caminar, hablar y comer de nuevo".
Las posibilidades de salir de este segundo coma eran mucho más pequeñas que del primero y hasta los médicos confiaban poco en ello llegando incluso a pensar que se iba a quedar en silla de rueda: "Me dijeron que había un 75% de posibilidades de morir. Si sobrevivía, había un 85% de probabilidades de quedar paralizado de mi lado izquierdo", dijo.
Ahora, tras cumplirse tres años del combate que le cambió la vida y que le hizo que volviese a nacer y a resucitar, ha decidido definitivamente alejarse del boxeo y centrarse en otros proyectos.
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