El deporte tiene situaciones maravillosas o simplemente inesperadas. Para comenzar esta historia tenemos que situarnos en Madrid, en un pequeño pabellón donde varios jugadores realizan el deporte que más les gusta sin temor a lo que se pueda pensar de ellos por su condición sexual. Hablamos de GMadrid Sports, un club LGTBI federado que ha logrado ganar la Primera División Federada de la Comunidad de Madrid de voleibol.
Es la primera vez que un club con estas características logra un trofeo así. Más mérito incluso al saber que solo este equipo esta federado de los diez que se dedican únicamente al voleibol. Ya la temporada pasada acabaron con un segundo puesto histórico, pero por el alto nivel de las tasas, no pudieron ascender. Misma situación que parece acontecer a la próxima temporada.
GMadrid Sports está compuesto principalmente por personas LGTBI, aunque no de forma exclusiva, lo que le constituye en un referente para la inclusión. Sus miembros tienen el firme propósito de luchar contra la 'LGTBIfobia' en general y dentro del mundo del deporte en particular, con diversas actuaciones que incluyen la organización o participación en coloquios, conferencias y actividades deportivas específicas, como torneos internacionales para equipos con los mismos propósitos que nuestros protagonistas.
Un crecimiento desorbitado
EL ESPAÑOL ha podido hablar con su entrenadora Lucía Antón y con uno de los jugadores de la plantilla, Cyril Duguet. La técnica solo tiene buenas palabras para un club que desde el primer día afrontó "con mucha ilusión, he conocido a gente maravillosa, he afrontado mi trabajo de la mejor forma posible, me he sentido valorada. Todo lo que me ha aportado este club ha sido bueno".
Además se mostró agradecida por el trato recibido, ya que nunca fue preguntado por su "condición sexual, nunca hice nada por conocer la de los chicos". Se trabaja "con ellos enfocando los valores del deporte, no he notado ninguna diferencia respecto a la orientación sexual o racial de un club a otro".
Respecto a las diferencias con otros equipos que ha entrenado, Lucía no encuentra ninguna en particular, y mantiene que tienen "sus problemas de inseguridades como cualquier persona cuando se enfrenta a un nuevo reto y buscan divertirse como cualquier otro deportista".
Uno de los mayores problemas a los que se puede enfrentar un club así es con problemas para competir o incluso con aficiones y equipo rivales, pero la entrenadora nunca ha tenido un episodio así: "Somos grandes competidores y lo que nos quieren es ganar, no se fijan en otras cosas. Yo no he tenido ningún problema y siempre me han respetado el resto de equipos".
El miedo a la discriminación
Lo importante es que el deporte y la sociedad evolucionen de una manera correcta y clara, pero sigue habiendo miedo al rechazo o a la discriminación: "Es algo normal no tener que dar explicaciones sobre nuestra orientación sexual. Hay gente que aún tiene muchas barreras mentales y hacen que tenga que existir este tipo de colectivos para frenar estas discriminaciones".
Ya no solo en el voleibol, también en todos los deportes te encuentras casos de discriminación, para Lucía "hay muchas cosas capadas en otros deportes. Viene bien que se hable de ello, pero no por conseguir un trato de favoritismo. Lo único que buscamos es que se normalice la situación, y si para ello necesitamos seguir hablando en los medios, pues lo haremos".
El mayor miedo llega cuando se piensa que el mayor miedo es "la discriminación que han sufrido o que pueden sufrir. Temen que alguien pueda hacerles algo por esa condición". Si todo fuese de una manera más natural se sentirían "más cómodos para hacerlo".
"Creo que hay medios de comunicación y clubes que no favorecen que los jugadores puedan admitir públicamente que son gays", concluyó Lucía, que admite que "colectivos como el nuestro nos facilita poder hacer ciertas cosas".
La lucha a través del deporte
Uno de los jugadores de la plantilla, Cyril Duguet, ha confirmado que el objetivo del colectivo es "juntar lo agradable y lo que es necesario, una causa social por la que he luchado mucho en mi vida". Además, ya en Francia jugó en un equipo LGTBI, donde no encuentra grandes diferencias a su actual club.
El mayor problema para el deportista es que "en algunos países sigue siendo un crimen ser gay y yo creo que la mentalidad debe cambiar y evolucionar. Obviamente hay un trabajo que hacer, y si lo podemos hacer donde estamos, pues sería genial". Una de las funciones del club es organizar torneos internacionales con clubes de las mismas condiciones, donde puede venir gente que "no puede disfrutar de su homosexualidad porque en su país no puede".
El fútbol también tiene un papel clave en todo esto, ya que sería muy importante y vendría muy bien que "los futbolistas gays lo dijeran, harían evolucionar todo lo relacionado con el deporte y con los fans. Hay un secretismo alrededor de la homosexualidad. Hay homosexuales y compañeros a los que no les importa nada, pero también existen compañeros más cerrados. Es un asunto muy tabú en el deporte que se ve en España".
Sobre si los clubes o equipos evitan que sus jugadores confiesen su homosexualidad, nuestro protagonista entiende que "hay recomendaciones de algunos clubes para estos casos. Para poder cuidar la imagen pública que tienen, ya que están en un mundo que no está muy abierto en este asunto".
Una lucha a través del deporte que poco a poco se va normalizando, pero hasta entonces, solo queda que estos colectivos peleen por el sueño de que esa situación sea tan normal como cualquier otra y no haya discriminación por ello.
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