Maite Zugarrondo, una de las tres porteras del Super Amara Bera Bera, uno de los grandes equipos del balonmano femenino español, decidió abandonar el deporte de élite para cuidar de sus dos sobrinas, sobre las que ha recibido la custodia, ante la imposibilidad de conciliar ambas facetas de su vida.
Tras cinco años en el club donostiarra, la deportista navarra puso fin a una etapa llena de éxitos para, además de ser 'madre', hacerse cargo de la coordinación de balonmano de un club de Pamplona.
Maite ha intentado conciliar su vida deportiva con el cuidado de sus sobrinas de las que se hizo cargo hace dos años. Finalmente tuvo que poner punto y final a su etapa en el Bera Bera debido a que ambas cosas resultaban ya imposibles de compaginar.
EL ESPAÑOL ha hablado con ella y tiene claro que quiere pasar más tiempo junto a sus sobrinas, a las que quiere ofrecer un futuro y una estabilidad.
Pregunta: ¿Cómo están siendo estos días tras anunciar su retirada?
Respuesta: Me siento muy emocionada por todo el cariño que he recibido. No sabia que iba a tener tanta repercusión mediática. Si de una forma soy un referente en lo referido a mujer y deporte, genial. Dejo el deporte por todo lo alto.
P: ¿Habido gente que no lo ha entendido y qué te ha dicho algo?
R: No me ha ocurrido nada de esto. Si leo algo negativo lo filtro y me quedo con todo lo positivo. No haría caso al respecto.
P: ¿Ha sido una de las decisiones mas difíciles que has tomado?
R: Si, ha sido todo muy duro y muy difícil. Me construí mi vida en base a mi futuro y a mi sueño de ser deportista de alto nivel y fichar por el mejor equipo y lo conseguí, pero cosas del destino han hecho que todo cambie. Ha sido una decisión muy meditada que me ha costado mucho tomar.
P: ¿Es triste que alguien pueda dejar el deporte para poder se madre?
R: En España las condiciones que tenemos son muy diferentes respecto al extranjero. Fuera de nuestro país, la mujer en el deporte tiene mas posibilidades para quedarse, por ejemplo, embarazada o afrontar mi caso. Aquí estamos a años luz de eso. Es triste que se tenga que dejar el deporte por estar embarazada o por algo parecido a lo mio.
P: ¿Por qué ocurren cosas como estas?
R: Es cuestión de invertir y que el deporte femenino tenga mas repercusión y genere más de lo que está generando. En la misma situación que yo, a un hombre no se si le pasaría lo mismo, básicamente porque la mujer tiene un rol diferente en el cuidado de los niños. Un hombre tal vez no lo hubiese hecho porque el cuidado domestico parece que lo lleva más una mujer.
P ¿Qué opinas de las cláusulas anti embarazo?
R: No las he vivido pero si las he visto. Es un hecho ético y anti moral.
P: ¿Qué te llevó a cuidar a tus sobrinas?
R: Las niñas no estaban viviendo una situación nada fácil dentro de sus necesidades de la infancia. Los servicios sociales se metieron de por medio y creyeron conveniente un desamparo. Un centro de acogida valoró quien en la familia podía encargarse de ellas y determinaron que yo era la persona optima. Yo estaba ya detrás de ellas, sabia de su situación, e intentaba cambiar las cosas. Ni me pensé aceptar cuando me dijeron que si las podía cuidar.
P: ¿Cuidar a tus sobrinas podía afectar tu rendimiento deportivo?
R: Sabia que iba a ser difícil compaginar mi vida de deportista con ellas. Venían de situación difícil y adaptarnos las tres fuera de lo habitual iba a ser complicado. Todo podía afectar a mi rendimiento psicológicamente y me fui dando cuenta de que mis prioridades eran otras que el balonmano.
P: ¿Cómo fueron los primeros meses junto a ellas?
R: Muy bien. El club me ha ayudado en todo, se ha involucrado y siempre me han dado facilidades. Y mis compañeras más de lo mismo. La situación la hemos llevado bastante bien dentro de lo que cabe.
P: ¿Qué es lo que más te costó?
R: Ser madre, es decir, actuar como actúa una madre. A veces tenia esa sensación de dejarlas solas y de abandono cuando me iba a jugar fuera, sobre todo sabiendo que han pasado por una situación difícil.
P: ¿Te perdiste entrenamientos y partidos?
R: Entrenamientos si, aunque no muchos. Este ultimo año al estar tres porteras, todo era más fácil. Y algún partido me he perdido ya que no he viajado con el equipo.
P: ¿En muchos partidos pensabas en ellas?
R: Si. No pensaba al cien por cien en el Bera Bera. Y ahora la casa me la llevaba al trabajo, cosa que antes eso no pasaba. Entrenaba y pensaba más en mis sobrinas. El rendimiento físico bajaba.
P: ¿Cómo compaginabas todo?
R: Pasaba de levantarme a las nueve, desayunar e ir al gimnasio a levantarme antes, llevarles a la escuela, recogerlas, ir a sus extraescolares y luego ir a entrenar. Mi vida cambió totalmente.
P: ¿El factor económico ha sido importante para decir adiós al Bera Bera?
R: Ha sido un condicionante, pero no ha sido tan determinante. En el deporte de élite no están solo los entrenamientos. Exige hábitos estrictos de descanso, calidad de sueño, alimentación... unas condiciones que no podía cumplir a rajatabla desde que tenía a las pequeñas a su cargo.
Contar con mayores posibilidades económicas hubiera ayudado, pero el factor psicológico del rendimiento ha pesado ya que antes me dedicaba únicamente a estudiar y a jugar al balonmano, pero después estaba más pendiente del futuro de las niñas.
P: ¿Qué es lo que provocó exactamente en ti para decir adiós?
R: Son muchos factores. El agotamiento día tras días de tener que rendir al máximo nivel y no poder. También el tener que pedir. A veces todo esto satura.
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