La vida en muchas ocasiones pone numerosos obstáculos. Uno puede superarlos y acabar con ellos o estancarse y no seguir adelante. Daniel Martín Anaya (25 años, Salamanca) decidió hacer lo primero para convertirse en uno de los mejores deportistas en tiro con arco adaptado del mundo.
Este joven salmantino se quedó ciego cuando tenía 2 años. Su nervio óptico comenzó a atrofiarse y ahora solo aprecia contrastes de luz. A pesar de empezar a practicar tiro con arco adaptado hace solamente seis años, el arquero salmantino ya se ha proclamado campeón de España, conquistando también la medalla de bronce en el pasado Campeonato del Mundo en Holanda.
EL ESPAÑOL ha podido hablar con Dani y esta es su tremenda historia de superación, la cual podría ser el espejo donde mirarse otros en una situación parecida. Con mucho sacrificio, trabajo, pasión y ganas ha conseguido superar todas las barreras y límites posibles que la vida le ha puesto delante.
Pregunta: ¿Cómo entró el tiro con arco adaptado en tu vida?
Respuesta: En el instituto nos llevaron a probarlo y me gustó mucho. A partir de aquí fui poco a poco practicándolo hasta el día de hoy.
P: ¿Te esperabas ganar una medalla en el pasado Mundial?
R: No me lo esperaba. Como en España hay poco nivel, no sabía qué nos íbamos a encontrar. En semifinales me enfrenté al que acabó siendo campeón y acabé ganando la medalla de bronce -convirtiéndose en el primer arquero ciego español que subía a un podio en un Mundial-.
P: A los dos años te quedaste ciego, ¿qué recuerdas de todo ello?
R: Aún no sabemos el porqué me ocurrió y seguimos con pruebas con los médicos. Fue muy duro todo, pero hay que salir adelante y eso hice. Me pasó de pequeño y eso creo que me ayudó ya que si me pasa siendo más mayor hubiese sido peor.
P: ¿Tuviste una infancia dura?
R: Sí, muy dura. Tuve profesores, compañeros que se reían de mí, pero también hay que quedarse con lo bueno debido a que tuve compañeros que siempre me ayudaron.
P: ¿Llegaste a sufrir mucho bullying?
R: Sí, sobre todo en primaria. Con compañeros en clase en primaria y con profesores en bachillerato. Había profesores que me decían que saliese a la pizarra a dibujar sabiendo el problema que tenía u orientadores que decían a los compañeros de clase que no fuesen conmigo porque tenía que ir solo.
P: ¿Tu vida ha sido muy diferente a la de un niño sin ninguna discapacidad?
R: Sí.
P: ¿Cómo consigues ganar medallas y practicar este deporte estando ciego?
Mi entrenador me deja encaminado hacia los hierros que tengo en el suelo de referencia para los pies, que tienen que estar en perpendicular a la diana, y lo que hago es llegar al tope para colocarlos siempre igual. Las plumas tienen una marca que me permite colocar las flechas siempre de la misma forma. Con el arco ya cargado, toco con los nudillos la bola del visor táctil, regulada por mi entrenador a través de un trípode que tengo y que me permite saber dónde está el centro de la diana a unos 18 o 30 metros de mí dependiendo la competición.
P: ¿Qué es lo más difícil de todo?
R: Lo más difícil es el equilibrio.
P: ¿Te ha salvado el tiro de problemas que hayas tenido?
R: Sí, a superar muchos obstáculos. No ha sido fácil llegar hasta donde estoy. Fui el primero en empezar en España y tuvimos que abrir nuevos caminos, hacer muchos papeleos... Fue todo muy difícil. Siempre he tenido muchos obstáculos y he tenido que hacer muchos sacrificios, pero hay que responder a todo ello y superarlos.
P: ¿Cuáles son tus próximos objetivos?
R: Ojalá poder ir alguna vez a los Juegos Olímpicos. Ese sería mi gran reto y objetivo. Podría ocurrir ya en París porque en Tokio no existe aún mi categoría de tiro adaptado.
P: ¿Qué es para ti el tiro con arco adaptado y qué sientes con ello?
R: Es una distracción para mi día a día. Me sirve de relajación y para aprender nuevas cosas
P: A lo largo de tus 25 años, ¿has pensado en tirar la toalla?
R: Jamás. Nunca se me ha pasado por la cabeza.
P: ¿Estudias magisterio de primaria, no? ¿Cómo compaginas todo?
R: Por las mañanas voy a clase, por las tardes entreno y por las noches estudio.
P: ¿Qué es lo que más te ha costado para llegar hasta donde estás ahora?
R: El aprender a organizarme.
P: ¿Hoy en día eres lo que eres debido a la discapacidad que tienes?
R: Desde luego.
P: ¿Existe gente que se queda parada teniendo una discapacidad como la tuya?
R: Sí. Conozco gente que en lugar de intentar superar todo, se queda clavada y no sale de casa y es un problema gordo. Aunque le digamos cosas y ayudemos, da igual.
P: ¿Qué les dirías?
R: Que la discapacidad te puede limitar a ciertas cosas, pero tienes que salir de casa, hacer lo que se pueda. La discapacidad no te impide hacer deporte y adaptando todo, se puede conseguir cualquier cosa.
P: ¿Cada día te superaras a ti mismo?
R: Sí, cada día supero muchas barreras y obstáculos e intento aprender lo máximo posible.