El estadounidense Gran Holloway, líder mundial del año con 12.98, se proclamó campeón mundial de 110 metros vallas en una final desgraciada para el español Orlando Ortega, que fue obstruido por el campeón olímpico y mundial, el jamaicano Omar McLeod, cuando iba segundo a pocos metros de la meta. La medalla de plata fue para el ruso Sergey Shubenkov con 13.15 y la de bronce para el campeón de Europa, el francés Pascal Martinot-Lagarde, con 13.18.
El chino Wenjun Xie (13.29) acabó rebasando al español, quinto con 13.30, que vio su calle cinco invadida por McLeod poco antes de atacar el décimo obstáculo y no pudo rematar su progresión en el último tramo, que es su especialidad.
McLeod, que derrotó a Ortega en la final olímpica de Río 2016, fue descalificado, pero el español cargó con el mayor disgusto: se queda sin una medalla segura, que habría sido la primera para él en unos Mundiales, y la primera para España en Doha. Si el incidente hubiera ocurrido en primera ronda o semifinales, Ortega habría sido clasificado, de acuerdo con el reglamento, pero en la final no hay marcha atrás.
El habanero habló directamente de "robo", de "injusticia", pero termina fuera del podio como remate a una temporada al aire libre en la que había ganado casi todo, incluida la Liga de Diamante.
"Estoy sin palabras, es un robo, una estafa. La IAAF tiene que hacer algo con este evento, porque no es la primera vez", dijo nada más terminar la prueba, en declaraciones para TVE. "Lo veía venir, sé que son más rápidos que yo en las primeras tres vallas, pero después no. Y justo cuando estoy en las medallas, se ve que McLeod se mete en mi calle. Me ha robado una medalla, podía haber luchado por el oro hasta el final. Un año trabajando para esto y llega la final y sucede esto. Es impresionante. Entiendo que haya choques de manos, puedo aceptar que haya roces, pero esto no lo puedo aceptar", denunció el atleta.
"Es duro sacrificarse todo el año, que te quiten una medalla así. Que me ganen corriendo si son mejores que yo, vale. Pero así no. Valoro a mis contrarios. Hago cada día para mejorar mi técnica y correr por mi calle. Acepto que me ganen si son mejores que yo, pero no así", aseguró un Ortega que dio las gracias a la afición española: "Agradezco el apoyo de la gente en España, me quedo con cada momento que he corrido. Incluso me quedo con esta final, es triste. Pero ya no hay vuelta atrás".
Mejor momento de Ortega
No encabezaba el ranking mundial de 110 metros vallas, pues tiene por delante a dos estadounidenses (Holloway, el único que ha bajado de 13 segundos, con 12.98, y Daniel Roberts, 13.00), pero Ortega llegaba a Doha en su mejor momento: tras ganar doce de sus quince carreras este año y en Lausana, con 13.05, a una sola centésima de su récord de España.
El cambio de aires le ha sentado bien al subcampeón olímpico, que desde marzo pasado, sólo unos días después de su fracaso -era el favorito, pero acabó cuarto- en los Europeos en pista cubierta de Glasgow, se entrena en Chipre con el grupo de Antonis Giannoulakis. Hasta entonces, Orlando había trabajado con su padre.
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