Deporte no es sinónimo siempre de valores o ejemplaridad. El racismo es, por ejemplo, una lacra que no solo se ve en las gradas, sino que también se han producido capítulos entre los mismos compañeros de profesión. El machismo no se queda atrás, pero los casos más impactantes y terribles son los de aquellos deportistas que acabaron en la cárcel tras ser juzgados por asesinato.
Uno de los episodios más terribles y mediáticos que se recuerdan es el protagonizado por Oscar Pistorius, aunque la repercusión mayor la tuvo en su día O.J. Simpson. Ahora estos nombres vuelven a estar de actualidad por el último capítulo que ha conmocionado al mundo. Rowan Baxter asesinó a su mujer y a sus tres hijos el pasado 19 de febrero.
Rowan Baxter
La noticia no tardó en recorrer todo el planeta. El exjugador de rugby de los New Zealand Warriors de la National Rugby League (NRL), a sus 42 años, había asesinado a su mujer Hannah Clarke, de 31, y a sus tres hijos, Aaliyah, Laianah y Trey de 6, 4 y 3 años, respectivamente, incendiando el coche en el que viajaban todos ellos por Camp Hill, Brisbane (Australia).
Después de su monstruoso acto, Rowan Baxter se suicidó apuñalándose. Testigos del episodio han asegurado que Hannah tuvo tiempo de salir del coche gritando que le había echado gasolina encima. Ella era la que conducía el auto, mientras que el exjugador iba de copiloto, con los tres niños detrás. Hannah falleció en el hospital al no ser posible hacer nada para salvarle la vida por sus graves quemaduras.
El jefe policial que lleva la investigación no tenía palabras tras lo visto en la escena del crimen: "He visto algunas escenas horribles y esta está a la altura de alguna de las peores. Es una escena terrible, y como dije, tenemos tres niños fallecidos, un hombre adulto fallecido y una mujer gravemente herida -quien murió en el hospital-. Es algo terrible de presentar, pero lo solucionaremos".
O.J. Simpson
El 'juicio del siglo', así denominó la prensa al proceso por el cual se sometió a juicio a la estrella de la NFL, O.J. Simpson, por el presunto asesinato a puñaladas de su exmujer Nicole Brown Simpson y su amigo Ronald Goldman. Los hechos ocurrieron el 12 de junio de 1994. Unos días después, el 17, tuvo lugar una persecución policial, de esas que se ven en las películas y que fue retransmitida para millones de telespectadores por televisión.
El juicio duró casi un año y el debate que se abrió fue a nivel nacional. Detractores y defensores se enfrentaron con el racismo, la violencia doméstica y la incompetencia policial como telón de fondo. En 1995, O.J. Simpson fue exonerado por el tribunal, pero el caso sigue sin resolverse y el fantasma de su culpabilidad sigue sobrevolando mientras él mantiene su inocencia hoy en día.
Aunque ahí no acabó el caso. En 1997, se obligó al exjugador de fútbol americano a pagar 33,5 millones de dólares a la familia de su exmujer y de Ronald Goldman. Buena parte de sus bienes fueron requisados y fue después cuando O.J. Simpson intentó recuperarlos. Por esto fue acusado y condenado por robo y secuestro, lo que le llevó a prisión durante nueve años.
Ya con 71 años, O.J. Simpson, quien permanece alejado de los focos, concedió una entrevista telefónica a AP en la cual aseguró que no quería hablar del tema para no revivir "el peor día" de su vida y el de los suyos. "Mi familia y yo hemos dado vuelta a la página y entrado en lo que llamamos una 'zona sin cosas negativas'. Nos enfocamos en lo positivo", aseguró el héroe caído.
Bruno Fernandes
El fútbol también se ha visto salpicado por capítulos tan negros en la historia del deporte como los anteriores. Ocurrió en Brasil. En el año 2010, Bruno Fernandes, que por entonces militaba en las filas del Flamengo fue acusado del asesinato de la modelo Eliza Samúdio con quien al parecer mantuvo un idilio y también un hijo que él no había reconocido.
El guardameta había firmado con el conjunto rubro-negro dos años antes del suceso. Durante ese tiempo despuntó hasta tal punto que se comenzó a especular con la llamada de la selección de Brasil. Pero entonces todo cambió para Bruno. Se le culpó del asesinato de Eliza, quien desapareció después de la petición de manutención de su hijo, y fue condenado a 20 años y nueve meses de prisión en el 2013.
Bruno Fernandes se encuentra en estos momentos en régimen semiabierto y ha intentado reinsertarse en la sociedad volviendo a los terrenos de juego. Sin embargo, y pese ha haber llegado a algún acuerdo, finalmente los clubes acaban por echarse atrás ante la fuga de patrocinadores y críticas de sus propios aficionados.
Aaron Hernandez
Lo tenía todo. Estrella de una franquicia como los New England Patriots. Millones en su cuenta bancaria. Fans por todos los rincones de Estados Unidos y por qué no, del planeta. Pero la historia de Aaron Hernandez dio un vuelco allá por 2013. Fue en el mes de junio de aquel año cuando mató a tiros a Odin Lloyd. Un asesinato por el que fue condenado a cadena perpetua.
Los Patrios anularon de inmediato el contrato que les unía con Aaron Hernandez y que alcanza la friolera cifra de 40 millones. Odin Lloyd también era jugador de fútbol americano, pero no al mismo nivel que Hernandez. Su cuerpo fue hallado cerca de la casa de este último. A ambos les unían sus parejas, ya que la de uno y otro eran hermanas.
Aaron Hernandez se declaró inocente de los cargos de asesinato y posesión de armas de fuego, en junio, y sus abogados alegaron que el caso en su contra es circunstancial, mientras que la Fiscalía mantuvo que el por entonces jugador de los Pats planificó el asesinato de Lloyd. Finalmente, fue acusado aunque no se reveló el motivo del crimen por el que la estrella de la NFL pasará toda su vida entre rejas.
Oscar Pistorius
Otro ídolo caído. Pistorius era todo un ejemplo de superación. Un atleta paralímpico que se ganó la fama mundial por sus numerosos récords, pero que acabó siendo aún más conocido por lo sucedido en el San Valentín del año 2013. El medallista olímpico y campeón del mundo acabó con la vida de su pareja con Reeva Rebecca Steenkamp varios disparos.
Los celos pudieron con Oscar Pistorius y la mañana de ese 14 de febrero arremetió contra su novia, la cual solo pudo refugiarse en el baño de la casa que compartía con el atleta paralímpico. Este disparo sin piedad en cuatro ocasiones su pistola de 9 mm. Tan solo una de las balas no impactó contra el cuerpo de la joven. El sudafricano cogió su cuerpo ya sin vida y lo bajo hasta la primera planta.
Allí, en medio de un charco de sangre, encontró la policía el cuerpo de Reeva. Se especuló con que su cuerpo también mostraba signos claros de violencia por golpes con lo que podía haber sido un bate. En un primer momento, Pistorius aseguró que disparó porque pensó que era un ladrón el que se había refugiado en el baño. La policía acabó encontrando el bate ensangrentado con el que golpeó a su novia.
Según las pesquisas, la primera bala impactó en la cadera de Reeva y le hizo caer al suelo. La segunda fue la que no tocó su cuerpo. La tercera le dio en el brazo y la cuarta fue la definitiva al atravesarle el cráneo. Los juicios se han ido sucediendo, así como el cambio de penas desde entonces. La última, dictada en 2017, dictó prisión durante 13 años y 5 meses. Pistorius no saldrá, como mínimo, con libertad condicional hasta el 2023.
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